Hay muchas canciones vallenatas con letras interesantes cuyo mensaje suscitan reflexiones en torno a tensiones cotidianas de nuestro contexto, así como de entornos distantes. Hay una que hace parte del repertorio de un consagrado autor que, en su primera estrofa, dice así:
El hombre, con el afán de sembrar la violencia,
se olvida hasta de Dios y su inmensa ternura
y todas las intenciones de paz y cordura
se pierden bajo la sombra de la indiferencia
(Sergio Moya Molina).
Al escucharla con atención, el panorama hermenéutico se despeja inmediatamente y se nos viene de manera abrupta el conflicto de la Franja de Gaza, la confrontación más desigual del mundo, y como si esto fuera poco, nos toca sufrir lo que acontece en el Líbano. Todas estas desgracias, precisamente, ocurren en la tierra del hombre que inspiró amor y ternura por la humanidad, Jesús. La magnitud de este martirio ha llevado a que la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, haya expresado “grave preocupación por el riesgo de que se cometan crímenes atroces, que incluyen crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio”. Y la pregunta es ¿acaso estos crímenes no se han cometido en esta guerra desigual? y ¿qué está esperando la Organización de las Naciones Unidas para calificar este hecho de algo abominable?
Precisamente el Ministerio de Salud de Líbano confirmó el que al menos 3.365 personas han muerto y casi 15.000 han sido heridas por los ataques israelíes contra el territorio desde el 7 de octubre del pasado año (Telesur, 13/11/2024). También se hace mención del fallecimiento de 200 niños. Según un informe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU(ACNUDH), cerca del 70% de los muertos en Gaza son mujeres y niños. Y pensar que, la Convención sobre los Derechos de los niños en el preámbulo reconoce que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión y además el articulo 6 menciona que, “Los Estados Partes reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida”
En ese sentido, el Primer Ministro de Israel Benjamín Netanyahu, sabe que la guerra en la Franja de Gaza es contra los niños, mujeres y ancianos. Es un hombre cruel, inhumano e insensible es lo más cercano sin exagerar a un Adolfo Hitler. A este individuo le dedicamos otra reflexión inspirada también en una canción vallenata del compositor José López (Cachete) que dice:
tanta carrera pa’ siempre llegar al mismo destino,
tanta arrogancia y tanta prepotencia, y siempre al final,
dejamos todo y somos montados en el tren del olvido,
adonde nada nos vale un pasaje porque hay igualdad.
Y le agregamos de la misma canción el siguiente fragmento:
Seamos hermanos, seamos amigos,
deja el martirio que te carcome
creyéndote ser más que los demás
y saca la viga que hay en tu ojo, querido amigo,
para que puedas ver claramente la triste realidad
y esa triste realidad es que el 84,5% de las escuelas de Gaza han sido alcanzadas por bombardeos y misiles israelíes, según lo expresa euronews (10/08/2024).
Este panorama desolador sin lugar a dudas ha sido bajo el amparo del Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC), este organismo estructurado exclusivamente para que opere como un aparato de presión que permita tener el apoyo estadounidense al Estado Judío en aspectos tales como la seguridad, incrementar la presión sobre Irán por parte de Estados Unidos y enfrentar toda organización que intente deslegitimar internacionalmente al Estado de Israel.
La Convención sobre los Derechos de los Niños (ONU) no será más que un intento de los adultos para aliviar su tormentosa conciencia. Las guerras que se generan en este planeta golpean la inocencia de los niños a pesar de los hermosos discursos y frases como aquella que dice, que los niños no solo son el presente sino el futuro de la humanidad.
Pero, el sistema capitalista se debate en una profunda crisis económica, social y política de tal magnitud que, las guerras se terminan constituyendo en un gran negocio (exportación de armas) para aliviar esas crisis, dicho de otra manera, los conflictos militares tienen que convertirse en el pan nuestro de cada día. Entonces, el presente y el futuro de los niños, cada vez se enrarece más y no hay luz al final del túnel. Las informaciones de prensa a nivel mundial de alguna manera desnudan esta triste realidad.
Por ejemplos, España suministrara armas a Ucrania por más de 1.100 millones de euros, se considera una ayuda militar sin precedentes (EL PAIS), Lockheed Martin confirma la venta de 35 nuevos helicópteros UH-60 M Black Hawk para las fuerzas armadas de Grecia (ZM-30 oct. 2024), EEUU autorizó la venta de más de 200 misiles AIM-120D-3 por US$ 744 millones a la Fuerza Aérea de Dinamarca, EEUU aprobó venta de armas a Taiwán por US$2000 millones( DW-26-10-2024), EEUU autoriza la venta de nuevos aviones AEW&C Wedgetail a Corea del Sur por US$4.900 millones(5 noviembre,2024), EEUU aprueba vender a Israel USD$20.000 millones en armas- DW( 14/O8/2024).
Entonces, que se acaben las guerras, para que los niños del mundo sean felices, pero hay un problema y es el siguiente, el exsecretario de la ONU Dag Hammarskjol expresó alguna vez: “La ONU no fue creada para llevar a la humanidad al paraíso, sino para salvarla del infierno”. Estamos en el infierno y por eso los niños de Gaza, del Líbano y otras regiones del mundo no serán felices.