El estadio Mané Garrincha está listo. Todas las entradas se vendieron. Las camisetas amarillas de Colombia y Brasil se confundirán en la tribuna. La pelota se moverá a las 7:45 de la noche, hora colombiana. Como siempre ocurre, el país se paralizará a esa hora. Y abajo en la cancha y en el banquillo de suplentes estará la plantilla de la Selección comandada por el técnico argentino Néstor Lorenzo, un equipo que vale en promedio unos 300 millones de euros.
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Y ahí estarán también tres hombres que han sabido jugar por fuera de las canchas. Que han sabido hacer negocios e invertir sus salarios para duplicar lo ganado con los pies y el balón. Tres cracks que entendieron que el fútbol no es solo una cuestión de goles y atajadas. James Rodríguez, Yerry Mina y David Ospina también juegan como empresarios. Es un partido más silencioso y más estratégico, en el que éxito no se canta en las graderías sino en balances contables, en el que el marcador no lo dicta un árbitro sino el saldo de las cuentas bancarias, muchas de ellas en bancos de Europa, Asia y Estados Unidos.

David Ospina aprendió prontamente que las ganancias que deja el fútbol no son para siempre. Mientras volaba bajo los tres palos del arco en muchos estadios alrededor del mundo, miraba dónde invertir buena parte de sus ganancias. Empezó en su tierra, en Medellín. Fundó una academia de arqueros, Cancerbero FC, la cual ha convertido en una cantera de buenos guantes. Lo más seguro es que de allí saldrán algunos de los buenos guardianes del arco, como lo es él.
Ospina también se unió con Iván Ramiro Córdoba, Mario Alberto Yepes y Juan Pablo Ángel, excompañeros suyos en la Selección, para construir en Rionegro el centro comercial Jardines Llano Grande, un proyecto de 15 mil metros cuadrados que costó 33 millones de dólares. Su esposa, Jessica Sterling, convirtió el spa de uñas ‘Sterling Grace’ en un negocio muy rentable, también en Medellín, y él, como un socio más, vigila cada movimiento de sus inversiones con la misma paciencia con la que nunca separa los ojos de la pelota en el campo de juego. Los portales que siguen los movimientos de los futbolistas colombianos han calculado la fortuna de David Ospina en unos 70 millones de dólares.
Mientras sus negocios siguen entregando ganancias, Ospina, el número 1 de la Selección, cobra un salario mensual de 1.100 millones de pesos como portero de Nacional, el equipo paisa de sus amores que lo vio crecer como guardameta hace 20 años y al que regresó para cerrar su carrera en su país.

Los negocios de James Rodríguez
James Rodríguez, su excuñado, es el futbolista más rico del país. Al ‘10’ y capitán de la Selección le calculan una fortuna superior a los 100 millones de dólares. James eligió otros caminos para incrementar su patrimonio: el del aroma del café recién molido, la buena mesa, los suplementos y la moda.
En 2017 se montó al negocio del café. Compró una franquicia de las tiendas Dos Molinos, con sucursales en Bogotá, Medellín y en el Tolima. En un par de años convirtió esta marca en una cadena en expansión. A James le gustan las jugadas de riesgo, y por eso también lanzó su propia bebida proteínica. '10 Gold' es un suplemento para deportistas que promete resistencia y vitalidad. También diversificó su portafolio de inversiones en el agua mineral y ganaderías en el Tolima. Le apostó a los restaurantes de lujo y, en mayo de 2023, abrió las puertas de Arrogante, un restaurante de fina carta, ubicado en la zona T, en el norte de Bogotá.

Mientras Yerry Mina detenía a los delanteros más talentosos del planeta como defensa en el Barcelona de España, el Everton de Inglaterra y el Cagliari de Italia, edificaba en silencio su propio imperio. Después de pasar por Brasil, jugando para el Palmeiras, llegó a Europa en 2017 comprado por el Barcelona por 36 millones de dólares y con un gigante salario. Con el éxito económico asegurado, entendió que el dinero mal administrado es efímero y empezó su senda como empresario.
Una de las inversiones más grandes de Mina ha sido junto a su amigo y compañero Juan Guillermo Cuadrado. Estas dos estrellas del balón se unieron para levantar en Guatapé, Antioquia, un centro comercial que llamaron Guatapé Plaza. La fortuna de Mina, que viene principalmente de la acumulación de sus salarios, está calculada en unos 50 millones de dólares.
James, Ospina y Mina son actualmente los futbolistas más ricos del país. Aunque actualmente sus caminos se cruzan solamente en los vestuarios cuando hay partidos de la tricolor, comparten una sabiduría: el fútbol es un suspiro. Los tres, desde diferentes escenarios, tomaron la decisión de no esperar a que el pitazo final los coja sin plan para el futuro.