Señor Sánchez Cuervo, autor de la nota Motorizados: la octava plaga de Egipto, estoy seguro de que no tengo el bagaje lingüístico, ni la precisión histórica que usted resalta y utiliza para compararnos con una plaga de Egipto en su extenso artículo, pero sí tengo claro que pese a tener una experiencia negativa con otros actores viales, incluyendo zombies transeúntes, como usted mismo se considera, no voy a asociar el comportamiento de unos con la realidad de todos.
Sí, señor. Soy motociclista y he caído bajo las ruedas de un camión por la mancha de aceite de un descuidado conductor de tractocamió. También, he caído al piso por la estupidez de un peatón que teniendo un puente peatonal al lado salió corriendo al frente mío y en un acto de cobardía, que usted nos recalca, siguió derecho sin siquiera mirar para atrás a ver si me rompí la jeta o las piernas por evitar golpearlo.
Podría extenderme en leguleyadas y ejemplarizar cada error que comete cada actor vial, usando palabras grotescas y humillantes, pero sería rebajarme a sus quejas y reclamos, que no aportan nada a la búsqueda de un trato más respetuoso entre todos nosotros.
Sin embargo, sí quiero dejarle claro que, sin defender a mis compañeros de dos ruedas con motor, en este país existen personas que sin importar el tipo de vehículo en que el que se transportan son unos completos... que no respetan ni su propia vida.
El valor de la misma se resume en la capacidad de tolerancia que debemos aprender y fortalecer en la primera infancia, producto del ejemplo de nuestros padres, de la cual veo usted no recibió mucha.
Usted se excusa en su intelectualidad para criticar al eslabón más débil de la formación vial, olvidando que esos somos, una acumulación de falencias gubernamentales que nos permitió acceder a un vehículo maniobrable, fácil de mantener, rápido y de bajo costo.
Lo dejo para que siga ofendiendo sin ofender, así quizás llegue alguien que lo quiera sin quererlo y evidencie que usted fue fruto de una relación de lástima entre un Dios y un esclavo, así como en el antiguo Egipto.