Todo lo que Lucho Herrera, uno de los más grandes ciclistas de la historia de Colombia, ha conseguido en la vida se lo ha ganado batallando. Hasta el mismísimo amor se lo ha ganado a pulso. A su última esposa, la abogada y psicóloga Ingrith López, a quien conoció en su natal Fusagasugá, 23 años menor que él, la conquistó en tres meses.
El primer campeón latinoamericano de la Vuelta a España y en ganar etapas en el Giro y en el Tour junto al amor de su vida, la abogada Ingrith López y más pequeño integrante de la familia. Foto: CortesíaPor aquel 2008 Lucho, ya separado de la mamá de sus tres hijos, puso sus ojos bien alto. Quiso enamorar a la mujer más bonita de Fusa, era la reina del municipio que se convirtió en la señorita Cundinamarca para el reinado nacional del Bambuco. También fue reina del festival nacional el internacional del mar. Lucho, el primer gran ciclista de Colombia, tenía 48 años. La bella reina Ingrith López tenía 25. Lucho y su reina llevan 12 años juntos. Tienen un hijo de nueve, el pequeño Juan Pablo Herrera López.
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Lucho Herrera, nacido en Fusagasugá, empezó corriendo en bicicleta haciendo mandados en la jardinería en la que trabajaba para ayudar en su casa; de ahí su apodo. Rafael, su hermano mayor, eran quien tenía la ilusión de volverse ciclista, pero la falta de patrocinadores hicieron difícil su camino y abandonó aquella meta.
Lucho, quien siempre seguía los pasos de su hermano, también se metió al ciclismo. El jardinerito empezó corriendo validas cortas. Su papá lo animaba y le daba consejos, su mamá le preparaba comida para llevar a las carreras y su hermano se convirtió en su mejor coequipero. Era el que lo llevaba en la moto y le conseguía los hoteles más baratos para pasar la noche mientras terminaban las carreras y podían llegar nuevamente a casa.
Lucho demostró que tenía piernas suficientes para hacer grandes cosas pero le estaba pasando lo mismo que a su hermano, no tenía patrocinio. Hasta que él mismo, en 1981, luego de una clásica de Cundinamarca, de Girardot a Bogotá, según se lo contó a la revista Soho, le pidió ayuda al periodista argentino Julio Arrastía Bricca, a quien vio pasar mientras él se reponía del cansancio sentado en el andén de la carrera 30, en Bogotá.
Lucho le dijo al argentino que él quería correr el Clásico RCN y que necesitaba un apoyo para lograrlo. Al siguiente día Lucho Herrera estaba corriendo para el equipo Freskola. Ese fue el despegue de Lucho Herrera como ciclista. Luego de haber pasado por varios equipos terminó su carrera en el Manzana Postobón.
Fue el primer latino en ganar una gran carrera: la Vuelta a España, fue el primer latino en ganar una etapa del tour de Francia, en 1984, en total ganó tres, igual número de etapas en el Giro de Italia. Lucho Herrera fue el pedalista que gracias a su fuerza para subir montañas le abrió la puerta a los colombianos en equipos grandes. Todos voltearon a mirar a los colombianos a quienes empezaron a llamar escaladores.
Lucho se retiró en 1992, después de quedar octavo en el Giro de Italia de aquel año. Su familia fue uno de los motores para retirarse a buen tiempo, después de 12 años de pedaleo.
Lucho se quedó a vivir en Fusagasugá y el dinero ganado durante su carrera profesional lo invirtió en moteles, y restaurantes en esta pequeña ciudad muy cercana a Bogotá. Los moteles quedan en el centro. Lucho es el dueño del hotel Los Alpes, uno de los más reconocido de Fusa, el nombre a su mejor negocio se lo puso en honor aquellos altos paisajes franceses que lo vieron coronarse campeón de la montaña.
