Desde los tiempos de la conquista han descubierto nuestra riqueza minera y desde que lo hicieron han tratado de arrancárnosla. Producto de la naturaleza ha quedado entre estas hermosas montañas, cobijadas por las nubes, encerrando en sus entrañas, aprisionando con mucha fuerza lo que no quiere entregar.
Cinco siglos bastaron para que la pequeña y la gran minería se trenzaran en la tenaz lucha de David contra Goliat.
Inmersos en este tema se ha debatido en los últimos años en la mesa institucional de California, sentándonos con los diferentes actores para incidir en el futuro de este bello municipio. La solución la tenemos en nuestras manos, intentando encontrar un consenso general, dialogando, concertando con el gobierno nacional, departamental y local.
Formalizar a los mineros, tecnificar, fortalecer, asesorar, capacitar para el empresarismo. Para lograr este objetivo necesitamos de la participación de todos.