Dos meses de protestas en Bogotá dejaron gran parte del sistema TransMilenio con graves deterioros. Los recursos del sistema han puesto una nueva carga a un déficit de 2 billones de pesos acumulado por la pandemia y la falta de pasajeros, que tiene a la alcaldesa Claudia López pidiendo recursos al Concejo para evitar que el sistema pare en septiembre.
Aunque la imagen más violenta de estas protestas fue la de la quema de articulados y buses del SITP, también es crítica la ruptura de vidrios y paredes de las estaciones. San Mateo y San Bernardo fueron destruidas en el marco de las manifestaciones, hasta el punto que se robaron los paneles de aluminio de la estructura. En paradas icónicas como Jiménez y Calle 76, las estructuras fueron cambiadas para evitar más deterioros.
Según TransMilenio, desde el 28 de abril hasta el 17 de junio se registraron daños en 124 de las 138 estaciones del sistema. Solo una de cada diez estaciones logró salvarse de los actos vandálicos. Aunque los fallos son menores, al corte de ese día 46 estaciones no podían operar; tres meses después del inicio de las protestas se mantienen cierres en 14 estaciones.
El problema era crítico en troncales como las Américas, que tuvo en un punto solo Banderas operando normalmente, y Carrera Décima, donde Las Nieves, San Bernardo y Country Sur llevan tres meses de cierre. Los daños, además de los vidrios y paneles de acrílico rotos y retirados, también se registran en las máquinas de recarga y los torniquetes de ingreso.
Las empresas aseguradoras del sistema se encuentran en un inconveniente. En la actualidad opera la resolución 465 de 2020 en la que HDI Seguros y AXA Colpatria cubren varios de los servicios de seguros. Además, otras empresas como Solidaria y Positiva, esta última de propiedad estatal, han planteado cubrir los costos de las destrucciones asociadas a las protestas, manifestaciones y actos vandálicos en el marco del paro nacional.
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El costo de estas reclamaciones es estimado por TransMilenio en 21.000 millones de pesos, entre infraestructura y buses. Estos recursos deben ser financiados por el presupuesto de Bogotá para permitir la reapertura de las estaciones en las zonas del sur y noroccidente de la capital más gravemente afectadas.
Entre tanto la pelea jurídica para hacer la reclamación por el director corporativo de TransMilenio S.A., José Guillermo del Río, y el secretario jurídico de la Alcaldía, William Mendieta. La Alcaldía deberá afrontar los déficits provocados por estos ataques con recursos de sus fondos de inversión, algo que ha provocado la molestia de la alcaldesa Claudia López.
Además hay un riesgo de que le ocurra al sistema lo mismo que le está pasando a los operadores, quienes han tenido fuertes duelos con sus respectivas empresas de seguros para cubrir la reposición de los vehículos incinerados en medio de las protestas. Para colmo, el seguro contratado en 2020 vence en julio de este año, y las nuevas pólizas a licitar se estiman en un costo mucho mayor.
La gravedad de la situación en todo el Sitp se suma a un déficit de casi 3 billones de pesos acumulado luego de una caída de recaudación de más del 50%. La crisis del sistema ha motivado a la alerta de la alcaldesa Claudia López, y los $21.000 millones perdidos son otro golpe a un sistema tambaleante.