Panamá es el centro de la oferta del Grupo Gilinski por Nutresa. Allí está una de las grandes inversiones del grupo, en la que ya son socios los árabes del Royal Group de Abu Dabi: el megaproyecto inmobiliario Panamá Pacífico en el antiguo canal de Panamá. Se trata de una vieja relación empresarial con más de una década de confianza.
La crisis económica del 2008 llevó a los Gilinski a buscar recursos, los cuales encontraron en el jeque árabe Tahnoon bin Zayed Al Nahyan, dueño del conglomerado de empresas Royal Group de Abu Dabi, que después de dos años de negociaciones se convirtió en el 2010 en su gran aliado, con un 50 % de participación en Panamá Pacífico.
Jaime Gilinsky, el dueño del más audaz proyecto inmobiliario del mundo
Jaime Gilinski, la cabeza del Grupo económico está casado con la panameña Raquel Kardonski, proveniente de una de las familias más influyentes y ricas del Istmo, relación gracias a la cual logró quedarse en su momento con uno de los proyectos inmobiliarios urbanísticos más grandes del mundo en asocio con el grupo inglés Livingstone, la antigua base de la Fuerza Área Howard donde operaba el canal y que le fuera devuelto al gobierno de Panamá en 1999. Fue el presidente de Panamá, Martin Torrijos, quien firmó la entrega del terreno al consorcio Gilinski-Livingstone hace casi quince años, en 2007. Además de las inversiones en el sector financiero, esta es una gran apuesta cuyo estratega y promotor es el propio Jaime Gilinski.
Para Tahnoon bin Zayed Al Nahyan, hijo del fundador de los Emiratos Árabes Unidos - EAU, Sheik Zayed bin Sultan Al Nahayn, el negocio inmobiliario no le era ajeno, ni tampoco su relación con los Gilinski que trasciende incluso a Panamá Pacífico. Con 52 años administra un amplio portafolio de negocios, y es presidente de ADQ, una sociedad de cartera estatal; del First Abu Dhabi Bank, el mayor prestamista de la EAU; y del Royal Group, un conglomerado internacional de 60 empresas grandes y medianas con sede en EAU, desde donde invierte en Nugil, compañía controlada por la familia Gilinski y a través de la cual lanzaron la propuesta de la toma de la multilatina Nutresa.
El presidente de Panamá Juan Carlos Varela no desestima para nada la presencia de los petrodólares árabes en el Istmo, por el contrario la ve con muy buenos ojos y de ahí su último viaje a los Emiratos Árabes a principios de noviembre para participar en el II Foro Empresarial Global Latinoamericano celebrado en Dubái. El escenario perfecto para firmar un acuerdo para la protección de inversiones en su país.
El mandatario panameño aprovechó además la ocasión para promover a Panamá como un hub logístico para las empresas de los Emiratos que tengan planes de inversión en Latinoamérica con el propósito de posicionar a Panamá como alternativa para su sede regional, un punto desde el cual pueda promover el turismo, la inversión y participar con sus fondos soberanos en la compra de bonos que emiten las empresas panameñas.
Los Gilinski tienen afinidad con el negocio de alimentos por su empresa Yupi, fundada por el patriarca Isaac, quien la constituyó hace más de cuatro décadas. Muy cercano a Álvaro Uribe de quien fue su embajador en Israel, actualmente se desempeña como embajador alterno en Naciones Unidos en Nueva York, nombrado por el presidente Iván Duque en octubre de 2020. Yupi forma parte del grupo empresarial, que también incluye la rama industrial con Plásticos Rimax , que vendió el año pasado $208 miles de millones.
Con la compra Nutresa se harían al mayor conglomerado de alimentos del país y con presencia en varios países latinoamericanos, compuesto entre otras por Alimentos Zenú, Compañía Nacional de Chocolates, Compañía de Galletas Noel, Colcafé Industria Colombiana de Café, Productos Alimenticios Doria, entre otros, con unas ventas anuales de $11.128 miles de millones.
Pero para muchos analistas el plan Gilinski va más allá. De lograr avanzar en el negocio, Nutresa es solo la punta de lanza para buscar entrarle al Grupo Empresarial Antioqueño, con los ojos puestos en Suramericana, un negocio financiero a fin al corazón del negocio de Jaime Gilinski, el Banco GNB Sudameris y el conglomerado de empresas con proyección internacional que giran alrededor de éste. Los Gilinski tienen una vieja pelea casada con el Grupo Empresarial Antioqueño, entonces conocido como el Sindicato Antioqueño con Nicanor Restrepo como su gran líder, cuando intentaron una toma abrupta de Bancolombia en 1999 que terminó en un largo pleito de 11 años, muy costoso para el banco que consiguió finalmente que la organización antioqueña no perdiera su control. La sorpresiva ofensiva parecería no solamente estar movida por intereses empresariales de mucho vuelo sino que sería la gran revancha de los Gilinski con el GEA, el barco insigne de los antioqueños.
