A finales de agosto, la prensa española le preguntó a Gerard Piqué por el beso que le dio sin su consentimiento Luis Rubiales a Jenni Hermoso, la jugadora y campeona del mundo. El exdefensa del Barcelona, siempre presto a responder lo que se le pregunte, guardó un silencio espeso y para buena parte de España, ese mutismo fue un respaldo a antiguo socio.
Desde que llegó en 2018 a la Presidencia de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales ha sido una figura polémica y acostumbrada además a la fidelidad de sus amigos. Él creía, por ejemplo, que la tormenta generada después de su obscena celebración durante la final del mundial de fútbol femenino y el beso a la futbolista, desaparecería de un momento a otro y estaba renuente a renunciar.
Luis Rubiales se creía intocable. Hace un par de años había comprado un apartamento en la exclusiva zona de Ferraz en Madrid por dos millones de euros. Rodeado de una guardia pretoriana enteramente futbolera y machista, Rubiales ha sido criticado desde hace cinco años por sus gritos, sus estallidos de ira y su ego desmesurado.
También ha sabido enriquecerse con el fútbol. De la Federación recibe un sueldo que él ha sabido aumentarse a 675.761 euros más un apoyo de vivienda que sube a 3.000. Y además ha hecho negocios extra al lado de amigos como Gerard Piqué.
Piqué, el ex de Shakira, fue el puente entre Rubiales y Arabia Saudita para venderle a ese país los derechos de la Super Copa española en 2019 y firmar un millonario acuerdo de 120 millones de euros de los que el 10 % fueron para el campeón del mundo de 2010.
El acuerdo se realizó a través de Kosmos, la empresa creada en 2017 junto al poderoso español Hiroshi Mikatani. En esta transacción, Piqué se llevó de comisión 10 % de ese monto. Una operación que, según la prensa española, ha estado cargada de irregularidades.
La empresa que opera bajo la razón social Kosmos se dedica a la “identificación, adquisición, tenencia, administración y gestión de cualquier tipo de negocio relacionado con el sector de las comunicaciones y/o entretenimiento a través de cualquier medio de difusión y plataforma; la organización, desarrollo y explotación, por cualquier medio, de ferias, jornadas, encuentros, eventos, torneos, competiciones deportivas o culturales, incluyendo la gestión de derechos de imagen y retransmisión audiovisual y, también, la creación, diseño, desarrollo y explotación de cualquier tipo de aplicación y/o red social y/o plataforma de carácter lúdico y/o deportivo”.
En su momento, Kosmos le dio un nuevo aire a la Copa Davis moviendo 25 millones de dólares y convirtiéndola en una especie de mundial de tenis, pero este año, la Copa Davis ha recibido críticas muy fuertes por el formato que se inventó la empresa de Piqué. Es que Kosmos eliminó el formato de local-visitante que hizo de la Davis uno de los torneos más emocionantes del deporte universal. Leyendas del tenis como Boris Becker han criticado abiertamente a Piqué y están pidiendo que regreso el antiguo formato.
Sin embargo, lo que más le ha traído problemas al catalán es su participación en la venta de la Super Copa a los árabes, un torneo que definen el campeón de la Liga con el campeón de la Copa del Rey y su sociedad con Rubiales ha estado salpicada por escándalos.
El problema, más allá del posible conflicto de intereses por la relación preexistente a nivel personal y profesional entre Rubiales y Piqué, está relacionado con el hecho de que el exfutbolista negoció unos términos por los que tanto la RFEF como él, a título personal, recibirían más comisión del gobierno saudita siempre que Real Madrid y Barça participaran en la Supercopa. Todo ello, claro está, mientras seguía siendo jugador en activo del equipo azulgrana.
Además, Piqué le ocultó a su propio Club, el Barcelona, cuánto iba a ganar de comisión. Mientras el Barcelona ganaría 8 millones de euros, él se embolsillaría 24 millones de euros. Esto también explicaría el silencio de Piqué en el caso Rubiales.
Amigo fiel de los que lo respaldaron, el escándalo que desató el beso del expresidente de la Federación apenas empieza. Catar estuvo a punto de organizar la Super copa en ese país, pero para favorecer a Piqué, prefirió aceptar a Arabia Saudita. Todos tenían que disfrutar de su tajada.
