Recientemente veía una noticia, donde aparecía una supuesta lideresa campesina del corregimiento del Naranjal, perteneciente al Municipio de Bolívar, en el Departamento del Valle del cauca, donde estaba en compañía de un funcionario de almacenes Éxito, del presidente Gustavo Petro y otras personas mas, donde con alborozo celebraban la venta de sus productos que, le habían hecho a esa cadena de almacenes.
Y es realmente curioso, pues además de los problemas conocidos que afectan al campesinado, como lo es la carencia de tierras fértiles, cercanas a los centros de consumo, la carencia de vías terciarias, transporte, sitios de acopio, semillas, abonos créditos, asesoría, quizá una de las principales es la comercialización de sus productos agrícolas y el carecer de herramientas y conocimientos para darle agregados que aumenten sus ganancias, allí aparecen los intermediarios, los que realmente sin haber dado un golpe a la tierra, se quedan con las mayores ganancias.
Y el Éxito no es ningún angelito y se presenta como el gran salvador, el que, va a pagar precios justos a los campesinos, tremenda falsedad.
En algunas ciudades se ha intentado en crear espacios, donde lleguen los productos del campo, sin intermediarios y en un gana gana, entre campesinos y consumidores urbanos, se logre rebajar esa canasta familiar tan costosa.
Se había hablado de reactivar lo que otrora se llamaba el Idema, de volver a dar impulso a las "galerías", donde solíamos encontrar los alimentos frescos del campo, atendidos por esos rostros curtidos por el sol, esas manos callosas y rusticas, cubiertos con sus ruanas y sombreros y con una amplia sonrisa de esperanza.
Creo que entregar a los campesinos a las fauces de esos empresarios se está realizando una pésima tarea, pues no garantiza nada, ni ganarán los campesinos, ni los consumidores lograremos obtener rebaja sustancial en esa canasta familiar, cada día más lejana a nuestras posibilidades. Hay mucho por hacer, pero también de corregir.