Volvieron a las carreteras. Regresaron armados con sus carpetas llenas de fotos de personas amputadas y con diversos grados de discapacidad, que al parecer han quedado en dicha situación por pertenecer a las Fuerzas Militares. Otra vez solicitan dinero para prótesis, sillas y elementos similares. (Así sea obligación del Estado suministrarlos). Nuevamente policías uniformados en servicio les ayudan a parar los vehículos, no bajo alguna sospecha de infracción o delito —a menos que tener vehículo sea infracción— sino con la “autoridad” ejercida sin control. Sí, son personas que en nombre de los ciudadanos con discapacidad de las FF. MM., piden dinero contante y sonante.
No puedo estar de acuerdo, ni dejarlo pasar por alto. No es esta una forma adecuada, por decir lo menos, de solicitar “solidaridad”, ayuda, compasión. No es respetuoso con los colombianos que transitamos nuestras vías, ni con ellos, ni con el grupo al cual dicen representar.
Va más profundo mi comentario. Si hay plata para la guerra, para el sufrimiento, debe haber para reparar los daños. El dinero debe salir del mismo baúl del que salió la plata para las balas. No tiene porqué venir de un viajante desprevenido, ni de las empresas privadas como verán en la ley a la cual ahora me referiré. Lo grave es que ese baúl, las arcas del estado, las llenamos nosotros mismos a través de los impuestos. ¿Para qué entonces más y más?
Investigando sobre este tema, discapacidad y FF. MM., encuentro la ley 1699 del 27 diciembre 2013 “Por Medio De La Cual Se Establecen Unos Beneficios Para Los Discapacitados, Viudas, Huérfanos O Padres De Los Miembros De La Fuerza Pública Y Se Dictan Otras Disposiciones"
Siendo Médico Fisiatra no puedo estar más de acuerdo en que se equiparen oportunidades para las personas con discapacidad. Lejos sí de continuar otorgando prebendas a grupos específicos como al que me refiero. Ya que discapacidad del mismo origen, del metal disparado sin miramientos, tienen los civiles que por algún motivo pasan cerca a las zonas de guerra. ¿Tendrán ellos también descuentos en telefonía móvil, en tiquetes aéreos, entradas a cine y productos de primera necesidad, como lo establece dicha ley? Creo que no, si alguien sabe lo contrario por favor corríjame.
No podemos continuar apoyando la enorme asignación económica para la guerra, ni la discriminación a favor de ella. Tampoco debemos mantener el falso paradigma de que la tranquilidad de los colombianos está puesta en una fuerza pública poderosa. Por favor, el “ojo por ojo” debió quedar atrás hace más de 2000 años. La paz, la seguridad, la construimos todos y cada uno de nosotros rodeándonos de buenas personas, haciendo actos de honestidad, dando oportunidades, no por decreto, sino porque nace de nuestros corazones. Podemos dejar de mendigar guerra, es nuestra decisión hoy día de elecciones presidenciales 2014.
Una ñapa sobre la autoridad mendicante: "Colabóreme", así solito, o "Colabóreme para... la gasolina, para la Navidad, para el sancochito" (todo eso lo he escuchado). Colabóreme, pobre vocablo que se convierte en forma de mendigar, para algunas, infortunadamente no pocas, personas vestidas de uniforme. No más mendigos de cuello tieso.
