En plena cuarentena, por allá en la mitad del mes de mayo, 30 personas –15 parejitas fueron pilladas moteliando en la ilegalidad. El mediático operativo fue en los moteles de la Primero de Mayo, en el sur de Bogotá. La jornada sexual resultó un poco costosa. Las parejas infractoras que estaban matando las lujuriosas ganas recibieron una multa de dos millones de pesos. Los lugares también fueron sancionados.
Durante 155 días de cuarentena no hubo espacio para los apasionados encuentros clandestinos. Pero desde este jueves 2 de septiembre los moteles abrieron las puertas. Aunque la pandemia del covid-19 y sus a veces incómodos protocolos obliga a cambiar las dinámicas, los moteleros dicen que cumplirán las normas rompiendo lo más mínimo la privacidad de sus clientes, quienes de puertas para adentro seguirán siendo dueños absolutos de su intimidad.
En Bogotá hay 512 moteles regados en las principales localidades de la ciudad. Aquí hay cuatro que, según clientes y comentarios, han sido catalogados como los mejores de Bogotá. Pero la verdad es que hay una gran lista de variables para escoger.
Uno de los grandes moteles de Bogotá, famoso entre los famosos, es Rocamar. Esta construcción levantada hace 30 años en un lote de 5000 metros cuadrados está ubicado en la carrera 7 con calle 170.
Desde que se inauguró ha sido insignia de la industria motelera. Los clientes y hasta la competencia dicen que una de las mejores gastronomías de Bogotá está dentro de este motel, donde bajo las órdenes de un chef profesional se prepara su reconocido arroz con pollo y otras delicias.
Rocamar tiene 70 habitaciones, todas con entrada de vehículo privado tipo cabaña. Hay cinco clases de servicios. El más económico, como en todos los moteles, es la habitación sencilla que aquí cuesta $145 mil y la más costosa es una súper habitación de 150 metros cuadrados, que más bien parece un apartamento, el cual tiene sauna, jacuzzi, dos salas con sofas en cuero, bar, dos baños y el gigante televisor frente a una cama de 2mt x 2mt. Esta habitación cuesta $500 mil por ocho horas.
Rocamar es famoso no solo por el lujo de sus habitaciones sino por el arroz con pollo que su chef prepara con su secreta receta. Fotos: Leonel Cordero.
Nicolas García, el administrador de Rocamar y de la organización Portus, que tiene seis moteles en Bogotá, cuenta que este negocio de familia fue heredado de sus padres y tíos.
En Rocamar hay un par de habitaciones temáticas, como la famosa Playboy, que tiene pista de baile, poldance, dos televisores y una incitadora cama redonda donde pueden con total permiso jugar más de una pareja.
Elysium es uno de los moteles grandes más nuevos en Bogotá. El lujo en los detalles es su mayor atractivo.
En el sector de Fontibón hay un nuevo proyecto motelero, que, aunque lleva dos años levantado y su propietario dice que aún no lo ha terminado, ya entra en la lista de los mejores de la ciudad. Se llama el motel Elysium. Lo construyeron con grandes lujos en la calle 17 con carrera 102.
Los detalles que tiene este lugar poco se ven en un motel. Sus siete tipos de habitación están decoradas con diferentes tipos de sillas especiales, algunas paredes están delicadamente forradas en cuero. Hay camas redondas y otras convencionales, la mayoría con movimiento propio. Finas tinas en la mitad de la habitación le dan un toque único de clase y erotismo. El objetivo es que aquí se experimente la mejor sexualidad que una pareja puede tener-- dice Stman García socio y dueño del lugar.
En Chapinero, la zona más famosa de moteles, se encuentran varios que hacen parte de la lista de los mejores que, a discreción de críticos no especializados, entran en esta lista por su comodidad, lujos y servicios prestados.
En el motel Jardín Real, donde hay 150 diferentes habitaciones, hay ambientes diseñados y para parejas, tríos y grupos. Tienen un apartamento donde pueden estar hasta 10 personas. Fotos: Leonel Cordero.
El motel de los primos Méndez, Jardín Real, que fue construido en un gigantesco lote en la calle 64 con carrera 15, se puede llevar el reconocimiento como el mejor, pero el título lo pelea con otro grande edificio que está a tres cuadras de este, en la calle 61 con carrera 15: el motel Dandy.
Jardín Real fue comprado entre varios primos hace dos años y remodelado totalmente. Dentro de este gigante motel uno se puede perder con facilidad. Sus zonas públicas son frescas, amplias y conectadas por decenas de pasillos que unen unas zonas con otras. Lo mejor de este motel son sus habitaciones. Tiene 150 y ninguna de ellas es igual a otra. Tiene ambientes diferentes. El servicio básico vale $60 mil.
Aparte de los servicios tradicionales para parejas, hay habitaciones para tríos, dos o más parejas, con dos camas y un espacio privado enorme con su respectiva zona húmeda. En el pent-house hay un apartamento gigante en el que pueden entrar hasta 10 personas durante 12 horas por un valor de $800 mil. Aquí, dice Juan Pablo, es un lugar para dejar afuera las prevenciones y los tabús con respecto al sexo y al disfrute de la piel.
Si quiere habitaciones temáticas lujosas del tema y color que se le ocurra el motel Dandy es el lugar perfecto.
Dandy es un gran edificio con habitaciones llenas de color. Este lugar es reconocido por las temáticas que ofrecen y el lujo que se encuentra en los detalles y el mobiliario. Sillas y mesas tapizadas en cuero de distintos colores que juegan con el tema de la habitación. Camas redondas y poltronas extrañas invitan al juego sexual.
En este motel también hay habitaciones extra-gigantes que buscan ser los mejores espacios privados para parejas, tríos y más clientes que busquen comodidad y sobre todo lujo. Se les nota que son espacios amoblados por un decorador de interiores de buen gusto y divertido. El color es importante en este lugar.
Hay habitaciones con predominancia al tono que el cliente prefiera: habitaciones doradas, rojas, naranjas, amarillas, violetas. En Dandy también los temas temáticos son importantes. Está la habitación póker, kamasutra, Playboy, Paris, Las Vegas y la famosa cueva de Batman. Aquí los precios van desde $60 mil hasta los 300 mil pesos.
