Ni los medios colombianos ni estos defensores de Maduro dicen la verdad sobre los problemas de Venezuela. Los monopolizados y sesgados medios masivos colombianos no hacen un análisis económico profundo de la situación de Venezuela con el interés de que con estas omisiones la gente pueda generalizar el comportamiento de una izquierda populista, autoritaria e hipócrita. Los defensores de Maduro sacan teorías conspiracionistas de que la situación de Venezuela que hace agua por todos lados (económica, social y políticamente) es una conspiración de una burguesía contra un gobierno dizque popular y así contribuyen que las indirectamente a fortalecer el discurso de los medios.
El problema de Venezuela podemos resumirlo en tres puntos:
- Una economía que se basaba esencialmente en las regalías del petróleo (enfermedad holandesa) desde antes de la llegada de Chávez, desde diferentes gobiernos de izquierda y derecha nunca se impulsaron políticas serias que fortalecieran y les dieran gran peso a otros sectores económicos (de hecho el chavismo ha favorecido que sectores económicos como el de la minería del Coltán sean explotados, sospechosamente, de forma similar a como se explota en los países de derecha neoliberal, pidiéndole pocas regalías a un país extranjero, que no es Estados Unidos sino China), lo que hace la economía venezolana sumamente dependiente de los precios internacionales del petróleo de modo que cualquier caída de estos últimos hagan que la economía venezolana entre fácilmente en crisis (a nosotros nos había pasado algo parecido con el café).
- Unos malos manejos económicos por parte del chavismo que dejaron al país sin divisas, la falta de divisas hizo salir del país a una gran parte de esa vieja burguesía venezolana (una gran parte de esa vieja burguesia se vino a hacer negocios y política a Colombia) dejando unos bienes que se apropiaron una nueva burguesía cercana al gobierno (la boliburguesia) y que ante la crisis se niega a soltar sus privilegios, la situación venezolana no es muy diferente a la colombiana, un poder económico y político hermanados en detrimento de todo el pueblo, con la diferencia de que allá la caída de los precios del petróleo hizo más evidentes los problemas económicos que acá y el gobierno intenta sostenerse mediante un populismo de izquierda.
- Un gobierno capitalista (decir que Venezuela es comunista es no saber nada ni de comunismo ni de capitalismo) que en principio hizo grandes promesas de ser un gobierno popular pero que en la práctica en lo que terminó fue en un populismo que mediante unos subsidios paternalistas y un sesgo de los medios de comunicación (con métodos sospechosamente parecidos a los de muchos gobiernos de extrema derecha latinoamericanos) manipula a la población para que sea funcional a los fines egoístas de una burguesía con discurso de izquierda pero acciones de extrema derecha.
La boliburguesia concretó en sus manos el poder económico, el ejecutivo, el militar, y el judicial (en Venezuela aún no hay una dictadura, esa es una manera de desinformar por parte de los medios y la extrema derecha colombiana. Venezuela tiene una burguesía que manipula la democracia como han hecho muchas otras burguesías latinoamericanas) y está dispuesta a manipular el pueblo mediante populismo y a aplicar muchas medidas antidemocráticas o poco éticas con tal de no soltar sus privilegios.
El problema reside en que están cortando cualquier salida pacífica y transitoria de la situación sacando del juego a la centro izquierda de Capriles y están facilitando que el próximo gobierno que llegue a Venezuela sea la extrema derecha, de acciones y discurso, de Lilian Tintori y María Corina Machado, con el beneficio adicional de darle material a la extrema derecha colombiana y a los medios sesgados para generalizar y con ello desprestigiar a toda la izquierda y de fortalecer el discurso conspiracionista de esa facción mamerta de la izquierda colombiana (entiendo mamertismo en los términos que los definió Héctor Abad Faciolince de ese sector político bien sea de izquierda o derecha no sostiene sus posturas con argumentos sino con teorías conspiracionistas y que mediante estas teorías justifica el uso de la violencia y el autoritarismo), que no ve más allá del discurso y termina defiendo en la práctica en Venezuela lo mismo que critica aquí en Colombia.