Lo primero que debe aceptarse es que la presión que están sintiendo quienes tienen la responsabilidad de responder por el manejo de esta crisis es inmensa, y pone a prueba el carácter y los nervios de cada uno de ellos. Por ello es necesario tratar de comprender muchas de sus salidas lo que no impide plantear las consecuencias de algunas de ellas, que con seguridad les pueden servir. Muchos de ellos están rodeados de áulicos que nada les critican o de otros que por temor se guardan sus opiniones. Esta reflexión es válida y ojalá se aceptara no como un ataque a sus respectivas gestiones sino como un sano de deseo de ayudar.
Las últimas declaraciones de la alcaldesa de Bogotá afirmando que los médicos están haciendo política y que todo en Bogotá está bajo control, son palabras que ameritan un análisis. Al consultar a varios médicos en Bogotá, el panorama es muy distinto. La situación en los hospitales sí es crítica y tal vez a la mandataria se le ha olvidado que ella misma prendió luces rojas en caso de que la ocupación de las UCI llegara al 75 %, porcentaje que ya se sobre pasó. Pero además un dato que poco se divulga es la verdadera situación de los médicos, pero también del personal de salud, compuesto en un 70 % por mujeres. Todos ellos, con muy pocas excepciones, han sufrido en estos cuatro meses la precariedad de un sistema que no les paga sus salarios a tiempo, cuando se los paga, que no siempre ha previsto las medidas y dotaciones para evitar su contagio, y todos sin excepción siguen bajo unas tensiones que para muchos serían inmanejables. Muchos médicos han muerto y uno de ello el más reciente en Bogotá, era relativamente joven y toda su familia terminó contagiada.
Cuando se analiza lo que está sucediendo en estos momentos, la población podría agruparse en varios grupos a cuál más de difícil. Primero, los que la pérdida es fundamentalmente de ingresos que va desde los millones que están cayendo en la pobreza, los que ya están en la miseria y los que tenían recursos pero que se están quebrando financieramente. Un segundo grupo, son aquellos privilegiados que tienen los medios para sobre vivir el encierro en condiciones relativamente cómodas, pero que están muertos del susto al ver amigos cercanos enfermos y muriendo en medio de esta pandemia. Un tercer grupo, los médicos y el personal de la salud, cuyo peligro va desde no tener salarios ni medios de protección hasta convivir con la muerte, tomando decisiones muy duras y expuestos claramente a morir contagiados.
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¿Se puede pensar que quienes están en la primera línea de esta batalla, están haciendo política cuando piden desesperadamente que se cierren ciudades como Bogotá que espera llegar pronto al pico de la pandemia?
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¿Se puede pensar que quienes, como se reconoce, están en la primera línea en medio de esta batalla para enfrentar el covid-19, están haciendo política cuando piden desesperadamente que se cierren ciudades como Bogotá que espera llegar pronto al pico de la pandemia? Por el simple hecho de estar en desacuerdo con la alcaldesa que además recibe la otra presión, la del sector productivo para que no cierre por los inmensos costos de la economía, no es argumento para calificar sus peticiones como política, en el sentido peyorativo.
Todos entendemos que la decisión no es un gana-gana; si no se cierra y siguen disparados los contagios y las muertes, le caen a la alcaldesa y si cierra y se caen dramáticamente las cifras económicas, también le caen a la alcaldesa. Es muy injusto y por esto hay que ser comprensivos, pero eso no implica que se descalifique una postura basada más en la ciencia que en los intereses de unos cuantos, que es lo que se entiende por política.
El personal de la salud, médicos y todos sus apoyos, merecen el mayor soporte, la mayor comprensión, el más decidido respaldo porque gracias a su inmenso y sacrificado trabajo no hay más muertos. Más que descalificarlos lo que las autoridades tienen que hacer es explicar cuando de eso se trata, por qué no pueden aceptar sus sugerencias que se consideran extremas. Ojalá esto se tome como lo que es: una simple sugerencia.
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