A lo largo del tiempo, los maestros han sido víctimas de la estigmatización por diversos sectores de la sociedad, buscando deslegitimarlos y este fenómeno no es nuevo.
Hace más de un siglo, los maestros enfrentaban estigmatización mientras buscaban su lugar en la sociedad, enfrentando conflictos con la iglesia y el gobierno, logrando gradualmente establecer el magisterio.
En el siglo XX, se buscaba instrumentalizarlos y silenciarlos, tratándolos como robots obedientes. En la actualidad, persisten estigmatizaciones que van desde quienes abogan por la desaparición de la escuela hasta aquellos que culpan a los maestros de los problemas del país.
Lamentablemente, levantar la voz como maestro implica exponerse a diversas estigmatizaciones. Sin embargo, estas estigmatizaciones alcanzan un límite peligroso, poniendo en riesgo a estudiantes y futuros maestros, como es el caso de la Universidad Pedagógica Nacional. Esta institución ha sufrido crímenes y vulneraciones de derechos humanos, como el caso Lebrija, el crimen hacia el profesor Darío Betancourt y el compañero y profesor Carlos Alberto Pedraza.
En un país sin memoria, la educación tiene una deuda con la misma, y los maestros se encuentran en la línea de frente, reescribiendo la historia. Sin embargo, las detenciones arbitrarias que enfrentan, independientemente del gobierno de turno, los ponen en peligro. Rechazamos enérgicamente las estigmatizaciones y vulneraciones de derechos humanos en nuestras facultades de educación a nivel nacional, escuelas normales y la UPN.
Exigimos al gobierno garantías para la defensa de los derechos humanos, así como la posibilidad de manifestarnos libre y seguramente. El compromiso de la UPN con la paz requiere garantías, siendo esencial el derecho a vivir en paz y la seguridad contra desapariciones o detenciones arbitrarias en manifestaciones.
Estamos en un momento de tensión y peligro, donde el solo hecho de ser estudiante de la UPN es motivo de señalamientos y nuestra integridad peligra, por lo tanto, por esta crisis de seguridad hacemos un llamado a una unión colectiva para rescatar la educación y la seguridad de los futuros maestros de Colombia.
Es imposible concebir un país más educado sin garantías de seguridad y bienestar para los maestros y la comunidad. ¡La paz debe ser con los maestros o no será! Rechazamos totalmente los señalamientos hechos, así como las detenciones arbitrarias a estudiantes presentadas en los últimos días por parte de la fuerza pública.