Cuando el vuelo de Meng Wanzhou aterrizó en Vancouver el 1 de diciembre de 2018, las autoridades ya la estaban esperando. La directora financiera de Huawei e hija mayor de Ren Zhengfe, multimillonario fundador del gigante chino, fue interrogada por los agentes de seguridad fronteriza durante tres horas mientras le incautaban el teléfono y registraban su equipaje. Cuando finalmente se le admitió de manera oficial su ingreso a Canadá, intervino la Policía Real Montada de Canadá y la arrestó en respuesta a una solicitud de extradición presentada por Estados Unidos.
En su momento el gobierno americano con Donald Trump al mando, había solicitado su extradición a Nueva York para enfrentar cargos de fraude y conspiración. La acusaban de mentirle a un ejecutivo de HSBC en Hong Kong sobre el control de Huawei sobre la subsidiaria, Skycom, empresa que estaba acusada de violar las sanciones económicas de Estados Unidos contra Irán.
Los fiscales afirman que HSBC se basó en las supuestas tergiversaciones de Meng para decidir continuar manejando transacciones financieras globales de Huawei.
Los abogados de Meng afirman en cambio, que dado que Meng es ciudadana china, HSBC es un banco anglo-chino y las supuestas mentiras tuvieron lugar en Hong Kong, corresponde a China enjuiciar cualquier irregularidad. Argumentan que la única conexión que Estados Unidos tendría con el caso es que $2 millones en pagos entre Skycom y HSBC, se compensaron en dólares estadounidenses a través del sistema financiero del país, lo cual no es suficiente para que Estados Unidos reclame una conexión genuina o sustancial requerida según el derecho internacional.
Los abogados de Meng aseguran que su retención se debe a factores políticos, para lo cual recurren a los comentarios realizados por el entonces presidente Trump sobre la posibilidad de retirar los cargos si China colaboraba en sus negociaciones de comercio entre ambos países.
Meng nació en 1972 en Chengdu, China, hija de la primera esposa de Ren Zhengfei. Ella y su hermano Meng Ping adoptaron a una edad temprana el apellido de su madre (que en China se utiliza al inicio del nombre) para evitar atenciones innecesarias. Su familia se mudó al sur del país en la década de 1980 a Shenzhen, una ciudad que ahora alberga la sede de Huawei. Meng también se hace llamar Cathy o Sabrina y maneja siete pasaportes. Tiene una maestría en contabilidad de la Universidad Huazhong de China y se unió a Huawei poco después de graduarse de la universidad.
Comenzó en 1993 respondiendo teléfonos. Desde entonces, se abrió camino a través del departamento de finanzas de la empresa hasta su actual posición de directora financiera. Meng también se desempeña como vicepresidenta de la junta directiva de Huawei, reemplazando a su padre desde marzo de 2018.
El ascenso de Meng en las clasificaciones del liderazgo de Huawei llevó a muchos a especular que Ren, estaba preparando a su hija para que algún día tomara el mando como CEO. Sin embargo, Ren frustró cualquier esperanza de eso en un correo electrónico interno de 2013, en el que escribió "ninguno de los miembros de mi familia posee estas cualidades" y "nunca serán incluidos en la secuencia de sucesores".
Meng tiene cuatro hijos y está casada en segundas nupcias con Liu Xiaozong, un empresario que trabajó en Huawei durante varios años con quien tiene dos hijos; una hija de 12 años y un hijo de 18 años quienes recibieron permiso junto con su marido para visitarla a Canadá en el otoño pasado.
Durante más de 28 meses, ha estado viviendo bajo una forma de arresto domiciliario desde que fue liberada con una fianza de $ 10 millones en la semana siguiente a su arresto. Debe usar un brazalete de monitoreo de tobillo con GPS y está confinada en su casa desde las 11 p.m. a las 6 a.m. todos los días. Se le permite salir durante el día custodiada por una seguridad que ella tiene que pagar.
Aunque la parte final del proceso de extradición del ejecutivo de Huawei se reanudará el 26 de abril, parece que su liberación está condicionada a que Meng admita algunos presuntos cargos de fraude, algo que probablemente no esté de acuerdo. No es seguro que Estados Unidos abandone el caso si ella no lo hace. Por lo tanto, todo parece indicar que seguirá con su prolongada estadía, lo que tensa cada vez más las relaciones de China con Canadá y Estados Unidos.