Hace ya varias décadas que el mundo político ha dejado de sorprenderse por un arrebato ideológico, por una actitud librepensadora, por una posición humanista, y es que, la última generación ha contado como ninguna otra de tenerlo todo a mano. No han recibido estímulos de supervivencia intelectual, no existen incentivos para desarrollar elocuencia ni tampoco ánimo para rastrear la fluidez de la oratoria, porque todo está ahí, a un clic de distancia.
La superficialidad nos ha invadido de tal manera que nos cuesta descubrir la amplitud del mundo que nos rodea. Google se ha convertido en nuestro amigo inseparable, que nos da una respuesta cuando lo requerimos, y el celular en nuestro camarada que nos calma el estrés cuando caemos en depresión. De ahí que los psicólogos hoy en día sean profesionales de gran actualidad y exitosos por el número de personas cada día mayor que los visita. La pereza nos ha seducido de tal manera que le hemos entregado a los algoritmos nuestra forma de pensar y actuar, poniendo en declive las democracias de un mundo en decadencia que día tras día se somete más a las directrices de Silicon Valley.
Los líderes no nacen, se hacen; pero con el facilismo actual escasean como el cóndor andino. A excepción de Angela Merkel, la canciller alemana, quien lidera Europa y pone a pensar a norteamericanos y rusos, no hay un líder en el mundo actualmente que tenga verdadero poder de convocatoria o que pueda generar cambios globales que alivien el deterioro del planeta. Parece que a los líderes también los está afectando el cambio climático, mientras que los sátrapas y dictadores campean sin inteligencia y repitiendo las mismas mentiras.
No es líder quien ocupa un cargo de responsabilidad, ¿lo fue acaso Bush o Trump? Si queremos liderar debemos de anteponer la inteligencia emocional sobre la inteligencia artificial. Hay que ser capaces de impulsar, innovar, tomar la iniciativa, compartir una visión y, sobre todo, predicar con el ejemplo, y esto no lo alcanzaremos formando parte de los millones de seguidores de las Kardashian.