Más de 50 comités se han inscrito ante la Registraduría Nacional para buscar la revocatoria de los alcaldes de algunas de las principales ciudades del país: las más avanzadas son la de Medellín, con dos comités, y Cali, la ciudad más golpeada por el paro nacional y el estallido social.
El impulso más fuerte se ha dado con el nombramiento de alcaldes ad-hoc para liderar las decisiones de bioseguridad en medio de las recolecciones de firmas. En el caso de Medellín, el alcalde designado fue el viceministro de Relaciones Políticas del Ministerio del Interior, Juan Pablo Diazgranados. En Bucaramanga se hizo lo propio con la directora de Gobierno y Gestión Territorial del Ministerio, Silvia Corzo.
Justamente en Medellín está el proceso de revocatoria más intenso, donde sectores políticos cercanos al expresidente Álvaro Uribe Vélez han instalado dos comités. El más ruidoso es liderado por el diputado y candidato derrotado a la Gobernación de Antioquia Andrés Guerra, quien ha dicho en su cuenta de Twitter que se mantendría en la Asamblea departamental, trabajando para sacar a Quintero de la Alpujarra. El segundo fue creado por Julio González Villa, exgerente de Empresas Varias de Medellín durante la alcaldía de Luis Alfredo Ramos y quien se quemó para llegar al Concejo por el uribismo.
Esta revocatoria ha tenido dos grandes fuentes de apoyo: el Centro Democrático, donde los líderes locales han dado el principal apoyo político, y miembros del empresariado antioqueño molestos por las decisiones que el mandatario ha tomado con EPM. Estos grupos han conseguido alianzas con el derrotado candidato a la Alcaldía Alfredo Ramos y otros líderes uribistas de fuera del departamento.
Una situación diferente se vive en Cali, donde el problema para Jorge Iván Ospina está en la actuación que ha tenido para contrarrestar la pandemia. Los comités de revocatoria como el que creó el funcionario de Emcali Harold Viáfara, han logrado canalizar gran parte de la molestia contra Ospina. Las dificultades en la negociación contra los manifestantes que bloquearon durante dos meses Puerto Resistencia, Paso del Comercio y Siloé, fueron un nuevo impulso a los procesos de revocatoria.
A pesar de esto, el apoyo está fragmentado en su interior y se mantiene más como una expresión de la impopularidad de Ospina. La fuerza de Viáfara no se representa dentro del sindicato de Emcali, que ha rechazado en los últimos meses la revocatoria como un tema “politiquero”.
El caso de Bucaramanga puede llamarse el “arrepentimiento” del exalcalde Rodolfo Hernández, quien impulsó a Juan Carlos Cárdenas como su sucesor. Llegó a renunciar para apoyar la candidatura de su ahijado, quien quedó elegido con 140.000 votos, pero Cárdenas y Hernández rompieron muy rápidamente. Ahora, el propio exalcalde ha impulsado el proceso para revocar a su sucesor.
El proceso del ahora precandidato presidencial ha sido apoyado por Pedro Nilson Amaya, exconcejal de la ciudad y reconocido por la defensa del páramo de Santurbán. Tanto Hernández como Amaya han conseguido un buen apoyo en la ciudad para tratar de conseguir más de 150.000 firmas que lleven al alcalde a la revocatoria.
Finalmente, la revocatoria al alcalde de Cúcuta, Jairo Tomás Yáñez, ha sido una discusión en la que el poder en la sombra es el exalcalde Ramiro Suárez. Según el propio Yáñez, el exalcalde que se encuentra detenido por homicidio ha puesto a trabajar a funcionarios de su cuerda como Jaime Vásquez Giraldo, veedor ciudadano, para retirar al mandatario de la ciudad fronteriza.
En otras ciudades como Cartagena, donde William Dau se ha echado en contra a los líderes de la clase política tradicional, las revocatorias se han visto empantanadas por el covid y las medidas de bioseguridad.
Aún así, los tiempos son cada vez más estrechos: los últimos plazos para que una revocatoria de alcalde fructifique exigen que se vote en junio de 2022, por lo que algunas de estas campañas terminarán chocando con las elecciones del Congreso o hasta las de presidente. En el caso de Medellín y Cali, amenazan con convertirse en uno de los elementos que definirán votantes con miras a la conformación de las bancadas regionales.