¡Usted todavía sigue aquí! La primera vez que yo vine a esta Librería Nacional, mi hija todavía estaba en el vientre, y mírela ahora señor Jaime ¡ya tiene 20 años y está más grande que yo! Esa fue la forma en que me enteré de que el "viejo" llevaba muchos años en la sede del centro comercial el tesoro. Desempeñando un oficio milenario ,pero que en estos tiempos enfrenta demasiados retos. Jaime es miembro de los libreros vieja escuela.
Jaime Hernández Nació el 17 de mayo de 1970 en Jericó-Antioquia y justo empezando siglo en el año 2000 empezó a trabajar en la librería nacional como vigilante, descubrí el privilegio y el regalo de la lectura en esta librería, porque yo antes no leía y además no me gustaba. Por el momento ya tengo 23 años de experiencia en este oficio y amo atender a mis clientes donde muchos de ellos ya son amigos íntimos.
¿Tres libros que recomiendes?
- A los pies del maestro de Krishnamurti, un libro que me ayudo en un momento difícil y que para este tiempo desenfrenado nos podría ayudar a descubrir muchas cosas.
- Pasión India: me gusta mucho la novela histórica y Javier Moro es uno de mis favoritos.
- El jugador: los rusos son inmortales siempre se van a leer.
¿Qué se necesita para ser un buen librero?
Tener muchas ganas, lo más importante es prestarle un buen servicio al cliente regalarle una sonrisa y darle siempre buenas recomendaciones. Estar siempre presente de las novedades del mundo editorial ya que se convirtió en un mercado muy exigente.
¿Se venden más libros ahora o hace 20 años?
Antes se vendían muchos más libros, eso no quiere decir que la gente haya dejado de leer, simplemente hay mucha competencia, cada vez se abren más librerías en la ciudad de Medellín pero para todos hay ganancias. El mercado digital también ha hecho competencia directa contra las librerías físicas pero eso no ha sido un impedimento para seguir creciendo y coexistiendo.
¿Qué significa la librería nacional para usted?
Para mí es la casa donde vivimos todos. También es mi lugar de trabajo y donde he descubierto el amor por el libro físico. Yo antes vendía artesanías y me la rebuscaba. Jamás me imaginé terminando vendiendo libros y aquí ya llevo más de dos décadas.
¿Una anécdota que recuerde con un cliente o escritor invitado?
Son muchas. Unas buenas, otras no tan buenas porque son muchos los escritores y clientes que he conocido en este largo camino. Recuerdo que el libro del expresidente Álvaro Uribe Vélez se vendió mucho en su tiempo. El libro era No hay causa perdida y hubo una gran fila el día de firmas en esta sede y solo tenía una hora en su apretada agenda y se quedó cinco. Nos pidió prestado el baño y subiéndose los calzones dijo que tenía que cumplirles a sus compatriotas y se quedó todo ese tiempo.
¿Qué les recomienda a los nuevos lectores?
Primero comenzar a conocer nuestra historia y leer muchos autores locales, sobre todo a los que están comenzando en nuestro país hay mucho talento. Algo a señalar es que los jóvenes y niños son lectores muy activos, son nuestros mejores clientes. Todavía hay libro físico para un buen rato.