Luego de que la empresa Alquería diera a conocer que suspendería su operación en el departamento de Nariño a partir del 22 de junio, la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, anunció que llegó a un acuerdo con la empresa para “continuar con la operación en el departamento hasta que se logre la colocación” de los productos lácteos.
Por su parte, Carlos Enrique Cavelier, presidente de la Fundación Alquería, dijo que “no soltaremos al departamento hasta que cada una de las familias campesinas tengan su leche colocada sea en el PAE, en otras plantas o para otros usos”.
Entre las medidas acordadas y dadas a conocer por el Ministerio de Agricultura, sobresale la de comprar la leche líquida mediante una rueda de negocios en la que tendrán participación autoridades nacionales y locales, así como operadores del Programa de Alimentación Escolar (PAE). Será un escenario anticipado de compras públicas, aclara el Ministerio.
La noticia, recibida con beneplácito por los lecheros de Nariño, llegó luego de que tres agremiaciones relacionadas con la industria láctea, Analac, Dignidad Ganadera Colombiana y Asoleche, prendieran las alarmas por la situación de los lecheros de Nariño y del país en general.
Sin embargo, para estas tres agremiaciones los problemas del sector, y de los lecheros de Nariño específicamente, van más allá de la decisión que había tomado Alquería.
La producción de leche acopiada por la industria viene cayendo
El 13 de junio, Analac publicó un comunicado de prensa en su cuenta de Twitter, en el que expresó su preocupación por “un retador 2023” y por la “situación crítica en el Sur del País”, y manifestó su disposición a trabajar con las autoridades nacionales y locales para establecer “apoyos a productores, a la compra de leche cruda y a la comercialización de lácteos”.
La agremiación explicó que, entre enero y abril de este año, la producción de leche acopiada por la industria cayó un 6% frente al mismo período del 2022. Esta merma tiene graves implicaciones para la economía nacional, toda vez que, de acuerdo con Asoleche, en Colombia más de 800.000 familias producen, transforman y/o comercializan leche y derivados lácteos. La cadena láctea, además, aporta el 3,5% del PIB industrial de Colombia.
La caída en la producción de leche acopiada por la industria se debe en parte, según indicó, al clima (luego de un duro fenómeno de la Niña y de unos pocos meses de neutralidad climática, se avecina el fenómeno del Niño), a los altos costos de producción, a las condiciones de comercialización y a la inflación.
De los departamentos lecheros, Nariño y Cauca —cuyos productores abastecen el mercado local y envían parte de su producción a varias ciudades del país— han sido los más afectados.
Esto se debe a que, además de las problemáticas mencionadas, los lecheros de Nariño y Cauca han tenido que hacer frente al derrumbe de la vía Panamericana, cuyas soluciones son por ahora parciales.
Suben los costos y caen los precios pagados a los productores: lecheros de Nariño altamente afectados
Analac señaló que, a la par con unos “costos de producción de la leche históricamente altos”, que en los primeros cinco meses de 2023 fueron 9,8% más altos que los del mismo periodo del año anterior, se ha visto desde marzo una tendencia a la baja en los precios que se les pagan a los productores.
De acuerdo con la agremiación, la caída de los precios pagados al productor se mantiene a día de hoy, con excepción de aquellos que están afiliados a cooperativas. De nuevo, la situación de los lecheros de Nariño es particularmente grave. En ese departamento, los productores están recibiendo un precio “18,2% por debajo de las demás cuencas lecheras de trópico alto y medio”.
El consumo de lácteos ha caído
Por su parte, Asoleche también publicó el 13 de junio un comunicado en su cuenta de Twitter, en el que incluye la reducción del consumo de lácteos por habitante entre los factores que explican la difícil situación que enfrenta la cadena láctea colombiana.
Para la agremiación, el menor consumo es “consecuencia de la inflación, el desempleo y coyunturas internacionales”.
Aunque la FAO recomienda que el consumo por habitante sea de al menos 170 litros al año, los colombianos tomaron en promedio 154 litros en 2022, luego de que en 2021 alcanzaran los 162 litros.
Preocupación por las importaciones
Analac y Dignidad Ganadera Colombiana, filial de Dignidad Agropecuaria, también expresaron su preocupación por las importaciones adicionales de lácteos que podrían llegar al país en lo que queda de 2023.
Las razones para pensar que ello podría ocurrir tienen que ver con la caída en los precios internacionales de la leche en polvo y con la revaluación del peso colombiano frente al dólar, que abarata los productos importados.
Entre enero y marzo de este año, entraron al país 24 mil toneladas de derivados lácteos, entre los que se encuentran la leche en polvo, el queso y la mantequilla. De acuerdo con las cifras del DANE, recopiladas por la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán-FNG, estas importaciones tuvieron un valor de USD $86,4 millones CIF.
El año pasado, se importaron más de 72.000 toneladas de derivados lácteos. La cifra puede parecer pequeña, pero traducida a litros significa un poco más de 600 millones de litros, explica Darío Coral Mora, el director ejecutivo nacional de Dignidad Ganadera, quien añade que esa es cerca de la producción total del departamento de Nariño durante un año y medio. Al ser Colombia un país productor de leche, puede hablarse de la pérdida de una cuota importante del mercado para los productores nacionales.
El principal país de origen de los productos lácteos que llegan a Colombia es Estados Unidos. Con la firma del TLC, ese país tiene derecho a ingresar a Colombia con cero arancel un contingente de leche en polvo y otros productos lácteos que va aumentando cada año, hasta adquirir un carácter ilimitado en el año 2026. Este año, el contingente está en casi 24.000 toneladas.
Publicado originalmente: Más Colombia
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