Pareciera que el presidente Gustavo Petro estuviera aún en campaña. En Queens fue recibido con ovación, pancartas y arengas. "Sí se pudo" y "Petro, Petro" empezó a gritar la colonia colombiana radicada en New York, que montaron su espacio y lo esperaron por varias horas, hasta que llegó entrada la noche a la cita con ellos.
A Petro, quien estaba acompañado por su embajador en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo y la embajadora ante la ONU, Leonor Zalabata, además de la delegación que lo acompañó desde Colombia, integrada ente otros por su secretaria privada, Laura Sarabia; los ministros de Ambiente, Susana Muhamad; de Educación, Alejandro Gaviria, y la viceministra de Asuntos Multilaterales, Laura Gil.
El presidente les reiteró a los colombianos que lo esperaron en Queens que su gobierno había llegado a los Estados Unidos a hablar de paz y de la vida en el mundo. Habló también de la protección de la selva amazónica, la cual ya no puede ser tratada con glifosato y veneno, sino que tiene que ser descubierta cómo un pilar fundamental de la vida. "La paz de Colombia es la revitalización de la selva y la revitalización de la selva es el cuidado de la vida humana en el planeta", dijo el presidente.
También les volvió a presentar a los embajadores de Colombia en Estados Unidos, Luis Guillermo Murillo y Leonor Zalabata, un negro del Choco y una indígena de la Sierra Nevada, de quienes dijo tienen la responsabilidad de transformar los consulados y embajadas en centros de trabajo, donde la comunidad colombiana legal e ilegal debe encontrar descanso, ayuda, solidaridad.
Y afirmó que cambiará la forma de traajar en los consulados y las embajadas, los cuales, según Petro, ya no pueden ser un premio dado, por derecho familiar; ya no pueden ser los palacios que los que siempre han gobernado en Colombia creen que tienen derecho a poseer, sino que tienen que ser espacios de trabajo.