Parece mentira, pero es cierto, hay quienes lo dan por hecho. Y si, lo comprueba un menor, oriundo del Guaviare.
A juzgar por su físico, cualquiera le pondría unos nueve años; edad que desde luego acierta, tanto como su hábito a la lectura y escritura. Su nombre, Estiven Marchán.
Inquieto, como nadie se lo imagina, y más por las travesuras propias de un niño a su edad, este calificativo lo ha merecido por sus tantas participaciones en diversas actividades, que lo han llevado a ondear orgullosamente una bandera, la cual día a día toma más y más fuerza:
La bandera de 1,2,3 A LEER.
Es una estrategia para la oferta en el buen uso del tiempo libre, y promoción a la lectura. Pero ahí no para todo, El pilo Estiven ha contagiado, en el buen sentido de la palabra, a otras 12 personas, entre niños y adolescentes para desarrollar aparte de la lecto-escritura, otro sin número de actividades.
De la A a la Z: es la Proyección de Cine con contenido, manualidades partir de elementos reciclables, fomento de espacios para la convivencia, recreación y tantos otros más.
Cuando se le preguntó sobre expectativas en dicho grupo, el menor precisó: “Para mí, es una experiencia bonita, yo con mis amiguitos, y las otras niñas nos vamos a los barrios, jugamos y queremos siempre ayudar a otros”. Añade entre risas, con un tinte de nervios.
En diálogos con coordinadores de esta iniciativa, comentaron que se intentará llevar a los distintos barrios vulnerables de San José de Guaviare.
Info,
Luis Cardona.
Crónicas Lucar.