Las comunidades virtuales y redes sociales han `transformado´ la comunicación. El individualismo, la soledad, el aislamiento, la banalidad y la inmediatez son características principales de esta nueva era de la “revolución tecnológica”. El negocio de las redes sociales ha creado un nuevo mercado. Con ello, un indiferente público, los kidults o adultos infantiles.
Si pasas tres, cuatro o cinco horas pegado a tu dispositivo digital en el día, significa que no estás pasando con tus amigos, paseando (en tu vida solitaria) a tu perra o perro, jugando futbol o algún deporte con compañeros, asegura Turkle. No, estás inmerso en el mundo on-line e intermitentemente levantas la cabeza para asentir a lo que dice tu interlocutor (amigo en Facebook) y tras una trivialidad de frases bajas la vista a tu mundo on-line: “¿qué haces?; ¿para dónde vas?; ¿dónde estás?”. Tú, sonríes. La comunicación es banal, ligera e inmediata. El esfuerzo cognitivo se reduce a responder típicas preguntas informativas. No tienes tiempo para perder el tiempo (irónicamente). Los medios de comunicación (que vanaglorian las redes sociales) nos ahogan en tsunamis de información inútil. Pero eso no importa, lo importante es saber sobre la noticia del momento, los yihadistas cometieron una matanza. Eso sí, no sabes la diferencia entre árabe, musulmán e islam, no conoces las causas del hecho, lo importante es que los yihadistas cometieron una matanza. La realidad es entendida por solamente lo que pasa en la red. La moda de la inmediatez. Hoy es ayer.
¿Somos ahora más libres?, o somos más dependientes y esclavizados de estos dispositivos y las redes sociales. “Si no estás en Facebook, Twitter, Instagram, Whassap, no existes”. Es una moda, como todo en la actualidad es pasajero… Los niños aprenden a tocar temas de adultos a temprana edad, por algo Facebook busca incansablemente a la población infantil. Y está apurada, Eric Jackson, fundador de la Fundación Ironfire Capital, asegura que para el 2020 no existiría la famosa red social (¿se volvió una red social para los viejos o, mejor dicho para los kidults?) En los últimos años el público infantil ha emigrado para otras redes sociales, y se incrementa la población adulta en Facebook. Cada vez los niños dejan de ser menos niños y, en cambio, los adultos alargan la infantilización.
Kidult, un término inglés (kid-niño; dult-adulto) que apareció por allá en el lejano año 2000 gracias a un psicólogo, Jensen Arnett. Él, definió a las personas de entre 23 y 35 años que estudian o trabajan como, kidult y que, se dedican a la sociedad del ocio (un estilo de vida que los aleje del estrés laboral). Esta generación, apetecida por las empresas de productos y servicios, se caracteriza por prolongar la adolescencia. En Latinoamérica el término se les usa a los adultdescentes que gastan en promedio el 85% de su salario, en gagdets, libros, ropa, videojuegos, salidas informales, productos recreativos, etc. En psicología se les llama, síndrome de Peter Pan. Southpark, los Simpson, The Big Bang Theory, Padre de Familia, sin mencionar otras series de televisión, hacen alusión a esta nueva `subcultura´ que se deja llevar por la innovación, los colores, los botones, las luces parpadeantes, las formas, etc. Los hábitos de consumo son excesivos y compulsivos. La tecnología y el fanatismo por los personajes de una serie de televisión, película o franquicia, se relaciona al mundo, kidult. Los nuevos niños grandes corren a por las consolas de videojuegos, los comics, los juguetes retro, o los teléfonos inteligentes.
¿Qué pasó con los revolucionarios? Las redes sociales es un negocio, es una industria y no la rechazan. Pues, bien. Se llenan la boca criticando (por medio de las redes sociales) a la multinacionales, los políticos y el “orden establecido” y el sistema, pero usan las redes sociales que ellos mismos controlan. Cabe resaltar que, en el 2011 el príncipe saudí Al-Waleed Bin Talal, considerado el vigésimo hombre más rico del mundo por la revista Forbes, sobrino del rey de Arabaia Saudita, invirtió 300 mil dólares en esta red social, la cual se vanagloria de haber propiciado la “Primavera Árabe”. El príncipe es listo, invierte en una red social que en un futuro podría amenazar su pueblo. Y, ¿qué pasó con los hashtags, los retuits sobre esa noticia? Nunca fue tendencia. Si es tendencia la muerte de los doce periodistas en Francia, pero no es tendencias las más de 30 muertes diarias que tienen la capital de Honduras y la capital de Venezuela.
Según Mark Zurckerberg, el objetivo de Facebook es que el mundo esté más conectado y sea más abierto. ¿Será cierto? Un artículo publicado en el 2012 por el diario francés Le Monde, habla sobre la nueva moda en el mundo, la desconexión. La mayoría de los empleados de Apple, Google y otras empresas de Silicon Valley inscriben a sus hijos en donde la “tecnología” no tiene presencia. Por ejemplo, en el costoso colegio privado Waldorf School, enseñan en pizarras, con tizas, lapiceros y cuadernos de papel. Les enseñan a tejer, a coser y cocinar. No permiten los celulares y solo a los 13 años acceden al computador. Pierre Laurent, un padre de familia que trabajó en Microsoft explica: “no sabemos cómo será el mundo dentro de 15 años, las herramientas habrán tenido tiempo de cambiar muchas veces. Por haber trabajado 12 años en Microsoft, sé hasta qué punto los software son preparados para ser de más fácil acceso posible”. El portal de noticias Infobae en un artículo escribió que, los pobres de la tecnología no pueden eludir la responsabilidad de responder un correo o mensaje. Los nuevos ricos, filtran e instauran distancia con respecto a los anteriores.
Steve Jobs les prohibía a sus hijos tener un Ipad. El fundador de Twitter, Blogger, Medium, Evan Williams, les regala libros a sus hijos en vez de Ipad. Bill Gates prohíbe que sus hijos usen estos dispositivos de última generación (no es solo por la competencia)…
El futuro es incierto, lo cierto es que, el mundo cada vez más entretenido y divertido ha creado el mercado kidult. Este nuevo público seguirá generando millones de dólares a unos cuantos. Los gagdets de última generación malos o no seguirán incrementando los gastos hogareños. ¿Cómo serán las nuevas generaciones dentro de 20 años?
@JuanCachastan