Aunque el fútbol de salón no es un deporte que mueva masas, como sí lo hace el futbol tradicional, en el año 2011 paralizó a Colombia con motivo del Mundial de futbol de salón que se llevó a cabo en el país y que dejó a la tricolor como la mejor del certamen. Después de la recordada final contra Paraguay, en la que el equipo nacional goleó 8-2 a los guaraníes, los jugadores de la selección Colombia de futsal se convirtieron en estrellas y fueron felicitados hasta por el mismo expresidente, Juan Manuel Santos. También se les prometieron varios incentivos, como sus propias casas, pero después de años, esas promesas quedaron en el aire.
| Vea también: Hamilton Ricard, el goleador colombiano de la Premier League del que pocos se acuerdan
Las falsas promesas del Gobierno Santos a los jugadores de la selección Colombia de futsal
Fue en el programa de Caracol, La Red, donde algunos de los futbolistas que hicieron parte del equipo campeón denunciaron el incumplimiento. Según su relato, el exmandatario les prometió becas para estudiar, oportunidades de empleo y casa propia para cada uno. Pero con el paso del tiempo ni el Gobierno, ni Coldeportes, ni el Fondo Nacional de Ahorro, cumplieron.
En especifico, los jugadores de la selección Colombia de futsal que dejaron en evidencia la falta de Juan Manuel Santos fueron Jhoan Vivar, Carlos Alberto Santofimio y Andrés Murillo, quienes presentaron las falsas promesas que les hizo Gobierno. En principio, aseguraron que el expresidente les prometió una vivienda e, incluso, hay videos que lo prueban, pero además les dijo que se construiría una cancha y que iban a ser contratados como técnicos.
Doce años después, ninguna de las promesas que el Gobierno de turno hizo a los jugadores de la selección Colombia de futsal se han cumplido. Según los propios jugadores, las entidades encargadas se botaron la responsabilidad la una a la otra y ninguna hizo nada, a tal punto, que todos desistieron de sus peticiones. Los futbolistas han hecho todo lo que han podido para que se les entregue sus premios, pero como la promesa se hizo hace tanto tiempo, ya nadie quiere meter mano en el asunto.