Por naturaleza los pueblos indígenas han sido conservadores y protectores de sus territorios, del arraigo cultural, usos y costumbres. Sin embargo, en la actualidad existen cambios trascendentales en el pensamiento de la sociedad indígena y no indígena, especialmente relacionados con el verdadero significado de lo que abarca el llamado progreso occidentalista.
Por eso debemos buscar apropiarnos del pensamiento ancestral con el fin de seguir líneas propias de nuestra cultura y que nos identifiquen como hijos defensores de la amazonia colombiana, promotores de la defensa de los territorios y sus recursos.
Hay lugares mágicos que enamoran y nos enseñan la sabiduría del equilibrio y la armonía hombre-naturaleza, que viven para proteger y sanar según las creencias de nuestros ancestros indígenas. Ahí cada espacio tiene un significado sagrado. Actualmente, estos se conocen como sitios turísticos.
Aquellos lugares como laguna bruja, donde hay avistamiento de toninas o delfines rosados y en donde se pueden disfrutar de mágicos atardeceres; coco viejo, donde podemos encontrar pinturas rupestres talladas sobre rocas milenarias; la comunidad de laguna morocoto, un espacio donde se pueden degustar diferentes tipos de gastronomías típicas e igualmente disfrutar de los caños de aguas oscuras y frías.
Los hijos de agua dulce propondremos alternativas sostenibles que garanticen el derecho al territorio y supervivencia de las futuras generaciones.