Los jóvenes estamos cambiando a Colombia

Los jóvenes estamos cambiando a Colombia

"Las nuevas generaciones dejamos un mensaje claro y contundente en las urnas el pasado domingo: rechazamos la violencia, la segregación y la injusticia"

Por: Diego Andrés Hernandez Bernal
octubre 31, 2019
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Los jóvenes estamos cambiando a Colombia

A las nuevas generaciones de jóvenes colombianos, las que crecimos con la evolución de la tecnología y el internet, las que no comprendemos un mundo sin todo lo que implica vivir en la era moderna y la hiperconexión, esos mismos jóvenes que Simon Sinek, escritor y motivador inglés, en un video afirmó que éramos la generación egoísta, egocéntrica, narcisista, desenfocada y perezosa, hoy estamos cambiando el rumbo de la sociedad. Hoy somos los millennials y los centennials, contrario a lo que muchos como Sinek piensan, una generación disruptiva. Estamos cambiando la forma en la que se percibe la política, la educación y los negocios. Nos preocupa el medioambiente y la sostenibilidad. Luchamos porque que las libertades sean respetadas y que la sociedad seamos capaces de ver más allá de las mal llamadas diferencias étnicas, raciales, económicas y políticas.

Somos jóvenes que nos han marcado acontecimientos como el boom de la telefonía móvil (1998), el lanzamiento de Facebook y Twitter (2004 y 2005), el primer matrimonio civil del mismo género en Colombia, la primera adopción de padres homoparentales (2013 - 2015) y sobre todo el fin de un conflicto armado que duró más de 60 años, dejó 200.000 mil muertos, siete millones de desplazados, miles de desaparecidos y mantenía un país entero cegado frente a la politiquería y la corrupción (2016).

Es así como todo eso que compartimos nos hizo montarnos en un mismo bus que desea y busca un cambio radical para nuestra sociedad, pero siempre nos faltó el centavo para el peso con miras a triunfar en contiendas electorales; desde el plebiscito por el sí y el no, pasando por las elecciones presidenciales y por último en la consulta anticorrupción de hace un año. Nunca nos alcanzó, pero seguimos en la lucha, seguimos denunciando, seguimos marchando, seguimos contagiando al resto de la población con que si se puede hacer la diferencia y con que, si podemos lograr un cambio, con que somos más los que estamos parados en el lado correcto de la historia.

¡Perseveramos y lo logramos!

Estas generaciones pujantes pusimos nuestro pulso en las elecciones regionales del domingo pasado y vencimos, vencimos porque tenemos la responsabilidad de reconciliar a Colombia, de desarrollarla y de volverla sostenible e incluyente. Es tiempo de sentirnos orgullos de ser colombianos y de respirar esperanza, es tiempo de ratificarnos que sí podemos, que es una falacia lo que nos dijeron de que Colombia está condenada a la corrupción y a la politiquería.

No puedo dejar atrás a muchos de los padres de los millennial y centennials que como los míos se subieron al bus y en busca de un mejor país que al que ellos les tocó, se unieron a la revolución electoral y hoy celebran con nosotros. Tantos colombianos que amanecíamos entusados electoralmente luego de las elecciones, este lunes amanecimos felices, llenos de esperanza, llenos de motivos para concebir una Colombia mejor para todos y sobre todo para las generaciones futuras.

Fue un domingo emocionante para la mayoría de colombianos, de seguro muchos gritaron y a muchos se les aguó el ojo como a mí me pasó en el transcurso de la tarde mientras conocía los resultados. La nueva ola de candidatos frescos y apoyados en su mayoría por las nuevas generaciones se coronaron alcaldes, gobernadores y concejales, algo sin precedentes antes visto, ¡un hecho histórico! Un puñado de gente joven y fresca tan distinta a la putrefacta estirpe de políticos que nos venían gobernado, están hoy electos en el poder regional que es donde se define gran parte del avance de nuestro país.

Nosotros las nuevas generaciones decidimos que Bogotá fuera ahora incluyente, social, alternativa, progresista, laica, antiuribista, anticorrupción. Mi Bogotá rebelde, mi Bogotá amada de ahora, tus jóvenes escogieron lo diferente, lo nuevo. La capital del país tiene el privilegio de decir que tiene la primera mujer alcaldesa, lesbiana y sobre todo una berraca que nos da esperanza a la juventud de tener gobernantes que valen la pena. Fuimos los jóvenes los que desbancamos al uribismo en Medellín, su propia tierra, poniendo de alcalde a un joven, independiente, sin maquinaria y padrinos políticos y fuimos los jóvenes los que pusimos de alcalde en Cartagena a un “loquillo” como le llaman de cariño al señor alcalde electo, que frente a toda corrupción de clanes familiares que se comen esta bella ciudad logró coronarse alcalde para combatir de primera mano ese, su primordial mal. Eso solo por hacer mención alguna de tantas y tantas hazañas que logramos los jóvenes y quienes nos apoyan a lo largo y ancho del país en estas elecciones.

Las nuevas generaciones dejamos un mensaje claro y contundente en las urnas el pasado domingo: rechazamos la violencia, la segregación y la injusticia. Este país ya no se pinta de azul ni rojo, ahora este país se pinta multicolor, es diverso, incluyente; basta con ver las cifras que según El Tiempo dicen que 19 personas de la comunidad LGTBI, de los más de 80 candidatos que se presentaron, fueron elegidos por la ciudadanía. De estos, 12 son gais, cinco lesbianas y dos personas trans. Queda claro que los jóvenes no comemos cuento de las encuestadoras que cada vez están más en evidencia de hacerles el juego político a los sectores tradicionales y corruptos de turno.

Así que juventudes, hay que seguir movilizándonos con contundencia, pero sin violencia, hay que seguir denunciando y haciendo veeduría, hay que seguir participando y haciendo política en nuestras casas con nuestros familiares, con nuestros amigos, con nuestros vecinos. Quizás no todos pensemos igual, pero si hay debate hay democracia y si hay democracia todos ganamos. Como dijo Ana María Arango en su columna para Café Picante: “ahí vamos, lento pero avanzado”. Así que tengámonos fuerte porque esto es solo el inicio, porque el país lo estamos cambiando nosotros los jóvenes.

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