Después del levantamiento –a la fuerza o no– de los puntos de resistencia, de un largo proceso organizativo, de muchas asambleas populares y buscar salidas diferentes, hoy se presentan algunos de los voceros de la Unión Resistencias Cali quienes empiezan a emprenden su mayor papel político hasta el momento: ser candidatos al concejo Municipal de Juventudes (CMJ), quienes por primera vez en la historia de Colombia podrán ser votados el próximo 5 de diciembre.
Para todos es su primera vez en la ‘cosa política’ electoral, pero llevan a cuestas la convicción de seguir participando del escenario público, esta vez no desde las barricadas, sino desde un asiento en el CMJ. Estas son sus historias:
Yofren Alberto Ordoñez Angulo, más conocido como “Desconfiado”, con 26 años y oriundo de Magüí Payán, es el candidato de uno de los puntos de resistencia más reconocidos: Puerto Resistencia (PR). Lleva tan sólo un año en la ciudad de Cali, después de tener que salir corriendo de su pueblo por culpa de los grupos armados.
Apenas está terminando el bachillerato. Le tocó estudiar a cuenta gotas y cuando bajaba el lápiz levantaba la pala. A los 12 años empezó a trabajar en la tienda de un paisa en su pueblo. A los 19 años ya estaba sembrando coca porque no tenía otra opción. El narcotráfico también se convirtió en su captor: cobraba diez mil pesos por arroba de hoja de coca con derecho a dos comidas al día.
Después de llegar a Cali terminó como una de las voces más fuertes del estallido social en Puerto Resistencia. Casi siempre andaba con un megáfono, estuvo detrás de las barricadas hasta sesenta días y mientras pasaba el tiempo atrincherado su indignación crecía en medio de las docenas de víctimas que dejaron los enfrentamientos con la fuerza pública, viendo morir a sus compañeros y desaparecer a otros más. Después de eso se “enamoró” de la lucha que ya no era solo el paro y los bloqueos, se convirtió en la oportunidad para pedir una vida digna.
Tener voz y voto en los espacios administrativos es lo que quiere lograr con su candidatura. “Muchos creerán que participo en las elecciones del CMJ por coger fama, pero desde todo mi ser es bueno participar para seguir mostrando el trabajo de Puerto Resistencia”.
“Desconfiado” ya tiene redactado junto a sus compañeros de resistencia una propuesta de trabajo si llega a ser concejal: potenciar a Puerto Resistencia como un lugar emblemático y turístico, formalizar las casetas de emprendimiento ubicadas detrás del monumento a la resistencia, ser veedor eficaz ante la inversión presupuestaria y claro está, seguir fortaleciendo la organización pedagógica en el punto de resistencia, esta vez, sin la barricada. Sobre todo porque estar en las resistencias le permitió cumplir con los requisitos: demostrar que realizan una actividad laboral, educativa o de trabajo comunitario en el territorio al cual se aspira a representar.
Mayra Alejandra Mueses Yunda es una caleña nacida y criada en Siloé, la tan famosa comuna 20 ubicada en las laderas de Cali. Tiene 27 años y trabaja desde los 15 cuando le colaboraba a su madre en las panaderías y confeccionando ropa.
También trabajó como niñera y así se convirtió en la “profe del barrio” del sector la Nave: hoy vive con su hermano y una tía después de la muerte, primero de su madre a la que Mayra recuerda como una mujer muy luchadora, y luego de su abuela quien la terminó de criar.
Su formación como líder social la forjó en una iglesia cristiana desde su adolescencia mientras estudiaba en el SENA, proyecto que logró culminar aún después de quedar huérfana a los 19 años. Fue allí, en la iglesia, que descubrió su capacidad de liderazgo pues impactaba a más de 300 o 400 jóvenes a través de la palabra de Dios.
Llegó al Paro como parte de esa comunidad preocupada por los muchachos: empezó repartiendo refrigerios e insumos, pero su vida cambió ese fatídico 3 de mayo cuando en la glorieta de Siloé escapó de las balas de fusil que disparaban, sin reparo alguno, los miembros del Grupo de Operaciones Especiales (GOES); una intervención que duró hasta la una de la mañana en la que se tuvo que esconder en la casa de un vecino que ni siquiera conocía.
A pesar de que ese día se salvó, la muerte acompañó a Mayra personalmente: dos de sus compañeros fueron asesinados en extrañas circunstancias en la Recta a Palmira donde ella asegura que los hicieron pasar por un accidente de tráfico, pero tenían disparos. La muerte de Carlos y Gregorio (venezolano de 16 años) la marcó y la llenó de indignación, un sentimiento que la ha motivado a formarse más para reclamar justicia.
Ha sufrido amenazas –como casi todos los que estuvieron en los puntos de resistencia– y aunque su iglesia la dejó sola por su activismo político, sabe que quién mejor que Jesús para dar lecciones de revolución. Mayra hoy es la candidata por Siloé en la lista ANDES (Asociación Nacional de Estudiantes de Secundaria) y espera seguir llevando a cuesta el trabajo colectivo hasta ahora realizado en los barrios la Nave y Belén de las montañas de Siloé.
Jefferson Lozano Gil, de padre sindicalista, orgulloso estudiante de octavo semestre de sociología en la Universidad del Valle y militante del Partido Comunes, es el vocero del punto de resistencia de Portada y candidato al CMJ por el mismo. Con 23 años es un buen orador y es evidente su pasión por la política. Su formación organizativa inició en el movimiento estudiantil de Univalle y en las juventudes comunistas (JUCO), pero finalmente en 2020 decide retirarse de esta última y en febrero de 2021 se unió al Partido Comunes.
Su principal bandera es la construcción de paz por tal motivo llegó –de manera espontánea– al punto de resistencia de la Portada al Mar. Su formación en Derechos Humanos le permitió ser de las cabezas visibles y así configurar un liderazgo. Se mantuvo en la resistencia por “amor a la causa”.
Su candidatura tiene un enfoque muy claro: “apostarle al fortalecimiento organizativo de todos los procesos de juveniles”, además de elevar el debate de los acuerdos de paz como “un acuerdo social y no como un acuerdo simplemente con la guerrilla”; finalmente enmarca su propuesta llevando la bandera de los acuerdos producto del Paro en los que le apuesta a la construcción de Derechos Humanos, la inclusión del barrismo, el desarrollo del arte y la soberanía alimentaria.
Carol Valencia es administradora de empresas con énfasis en gerencia deportiva y actualmente hace una especialización sobre el conflicto armado y Derechos Humanos. Forjó su liderazgo desde la empatía, además de lograr un espacio entre los hombres de su punto de resistencia de La 14 y hacerse valer como mujer.
Con 25 años dice que la vida le enseñó más en estos casi cuatro meses que va a cumplir el estallido social que en el resto, pues le permitió conocer otra realidad, escuchar las historias de vida de sus compañeros de lucha, oportunidad que no habría tenido nunca si no hubiera estado en una resistencia.
“No nos conocíamos, ni teníamos idea con quienes comíamos y dormíamos, solo nos reconocíamos por las capuchas y los alias pues nadie mostraba el rostro”, pero eso no impidió que lograran una organización. Aunque los primeros meses fueron los más duros nunca sintió miedo hasta que se convirtió en vocera del punto. Hoy en día la conocen como la Pola, un seudónimo que le pusieron “los pelaos” de su punto de resistencia ubicado en la 14 de Cali, a quienes considera su familia.
“Hoy somos conscientes que la lucha es política”, asegura. Su candidatura es totalmente colectiva porque su voz es la voz de los pelados. Quieren construir desde cero porque ningún partido los representa pero se siente segura porque tiene un gran equipo de trabajo. Está en la lista de Unidad Popular Cali que se adscribe al Pacto Histórico y su convicción en estas elecciones es clara: su legado es hacer pedagogía política para que, en sus propias palabras, ya no los enreden y los roben tan fácil.
Geovanny Jurado Paz, más conocido como Eko en su barrio Alfonso Bonilla Aragón, tiene 27 años y es padre y esposo. Eko hace parte de “la primera línea de Cristo”, asegura, pues luchan por el amor y los más necesitados.
Su formación política inició cuando ingresó al colegio Santa librada con 15 años. Allí aprendió nuevas formas de lucha y fue gracias a eso que logró su primera hazaña política: convertirse en presidente del Consejo de Estudiantes de Santa Librada.
Eko llegó a la resistencia de manera espontánea, lo acompañaba el descontento frente a un Estado “ciego, sordo y mudo” y por eso tenía la responsabilidad de apoyar esa comunidad que salió a manifestarse.
Con poca experiencia en la política electoral, pero con muchas ganas de aprender cómo funciona, quiere llegar al Concejo de Juventudes Municipales de Cali. Se considera un crítico de los gobiernos actuales tanto nacional como local, pero decidió dejar de criticar y pasar a la acción Tiene sus luchas muy claras: una política pública para los habitantes de calle víctimas del microtráfico; cultura y deporte enfocada en los jóvenes que sufren el flagelo de la violencia y las drogas porque afirma que es la estrategia para sacarlos de esos contextos.
Las elecciones al Concejo Municipal de Juventudes se realizarán el próximo 5 de diciembre, y para Cali corresponden 17 curules (la designación de las misma depende del número poblacional por municipio), el periodo será de 4 años y sólo pueden participar como candidatos y/o votantes quienes tengan entre 14 y 28 años. El 7 de diciembre los y las caleñas sabrán quienes, de las 59 listas inscritas y los 396 jóvenes participantes en Cali, serán los que ocupen una silla en el CMJ. En las resistencias esperan que a estos 5 jóvenes no les cueste la vida participar en política ahora sin capuchas.
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