La calidad de vida de los campesinos es buena, decían algunos que asistieron a la primera reunión de socialización del Esquema de Ordenamiento Territorial (EOT) en Palocabildo, corregimiento de Jericó, Antioquia. Y muchos nos preguntamos: ¿qué saben de calidad de vida estas personas que opinaron al respecto si viven cómodamente en la zona urbana del municipio?
Calidad de vida es tener acceso a los servicios básicos necesarios como agua potable y en ninguno de nuestros acueductos campesinos hay plantas de tratamiento. Es tener acceso a una vivienda digna y aún muchos carecen de este bien. Es poder sacar nuestros productos por vías en buen estado, pero nos toca conformarnos con algunos tramos de placa huella. Es tener la oportunidad de un trabajo digno, para sostener a nuestras familias; es tener acceso a buena calidad en la prestación de los servicios de salud y educación.
Tenemos en nuestras manos la oportunidad de que nuestras comunidades progresen.
Hemos sido bendecidos porque como dice el libro de Deuteronomio Cap. 8. 7-10: “Dios nos ha dado una tierra buena de torrentes, de fuentes de aguas profundas que brotan en el fondo de los valles y en las montañas, tierra que produce el alimento en abundancia para que no carezcamos de nada, tierra donde las piedras contienen hierro y de cuyas montañas extraeremos el cobre, donde nos saciamos y bendecimos a Dios por la tierra buena que nos ha dado”.
No hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que el que no quiere escuchar. Una mente y un corazón cerrados son el detonante que crea conflicto porque nos obstinamos en ideas que nos desfavorecen y nos desequilibran. Debemos cuidar y entender el regalo de la tierra por medio de la experiencia y el estudio científico, utilizarla moderadamente para nuestro provecho, amarla y protegerla para las próximas generaciones.
Es un compromiso de todos para que todas las actividades que se realicen en nuestra tierra se hagan respetando el medio ambiente, el agua que es el recurso más importante, sin el que nuestra calidad de vida no sería posible; porque si la utilizamos bien puede ser una fuente de bienestar, pero si le damos mal uso por el contrario será fuente de miseria.
Requerimos de un acompañamiento serio, responsable y respetuoso de la comunidad y de los entes de control. No podemos simplemente negarnos y resistirnos a una realidad que vivimos, que nos llena de dudas y temores.
Tenemos que tratar de dominar con nuestro espíritu, nuestra mente y nuestra moral, los progresos de la ciencia, que nos han superado por la falta de adaptación psicológica y mental, tenemos que lograr construir, en medio de las diferencias, un territorio con mayor inclusión social y mejores oportunidades para todos los jericoanos.
¡Démonos esa oportunidad!
