Arrimé a Santa Cruz de Lorica como camarógrafo y director de fotografía de un grupo de realización de un documental de la universidad, un gran amigo exhibió su propuesta de mostrar a través de un documental reflexivo las maravillas que poseía su tierra, con aras de fortalecer y difundir los arraigos culturales de su pueblo. Debido a que se estaban disipando esos patrimonios culturales que nos hacen únicos e inigualables, lo que el profesor validó como la propuesta más acertada dentro de todas las planteadas.
Llegué a Santa Cruz de Lorica y con lo primero que me encontré fue con un hermoso amanecer cordobés, algo así como si el sol hubiese decido vestirse de gala para recibirme.
Noté por la ventana del bus que este pueblo está rodeado de edificaciones y monumentos con una arquitectura formidable, la cual de acuerdo a lo que leí de la parte investigativa del documental se debe a la influencia dada por la migración de sirios, libaneses y palestinos a finales del siglo XIX. Concebí inmediatamente el motivo de la emoción de mi amigo al exponer el tema de su documental, y es que incuestionablemente Lorica es un gran atractivo turístico para quienes desean disfrutar de calidad humana y mucha sazón.
Ya estando en la casa de José, decidimos caminar por las calles de Lorica y conocer un poco más las que serían las locaciones de nuestro documental, y personalmente me sentí como si estuviese admirando un museo de edificaciones que demuestran la belleza de este municipio. Construcciones que están rodeadas de personas que reflejan en su andar un torrente de cultura y tradición, gente que evidencian en sus rostros que vivir en Lorica es un verdadero privilegio del cual ellos gozan, algo así como vivir en el tan anhelado paraíso.
Otra característica que pude apreciar de los loriqueros es que reflejan alegría sea cual sea su situación, y demuestran que la vida de un loriquero es como un porro que se baila con sabor. Porque si de folclor se trata, en las calles de este pueblo se encuentra la excusa perfecta para sacudir los hombros al sonido de los instrumentos musicales.
Seguí mi recorrido por la denominada “Antigua y Señorial” y me encontré con un lugar mágico, el mercado publico. Ir a este lugar significa apreciar las atractivas artesanías que refleja lo que es Córdoba en cualquier lugar del mundo y como todo buen fotógrafo me deje encantar por los colores de este sorprendente lugar, colores que combinan con la esperanza y el corazón de la gente de este pueblo.
Al recorrer el mercado público sentí todo tipo de sensaciones, producto de olores que emanan de las ollas de diferentes cocineras del pueblo que con sus recetas secretas y sus manos prodigiosas hacen que día a día los loriqueros tomen este sitio como el preferido para el deleite de platos típicos de la región. Inmediatamente José como buen loriquero consideró que era imperdonable en mi travesía por Lorica no probar la gastronomía de este increíble lugar, al fin y al cabo este era uno de los temas centrales del documental.
Entre variedad de platos, sobresalían jugosos bocachicos recién pescados, que terminaron como un exquisito sancocho de pescado preparado por mujeres con manos prodigiosas, el cual es el plato típico de la región, y que yo tuve la complacencia de consumir Al probar la primera cucharada de sancocho de bocachico detecté enseguida que el primoroso sabor radica en que este, es vida para quienes los preparan, y goce para quienes nos deleitamos de él.
Y es que sin duda alguna la gastronomía loriquera evidencia los arraigos culturales de nuestro hermoso país y a su vez estas cocineras demuestran que en Colombia tenemos una gran variedad de platos que preponderan nuestra diversidad.Y es que si usted tiene el privilegio de visitar Loirca y le pregunta a un Loriquero cual es uno de los mejores planes en el pueblo, entusiasmado lo invitaran a dar un paseo por la antigua y señorial, y enseguida lo inducirán a probar un exquisito sancocho de pescado.
Así que si mi invitación es que vengan a Santa Cruz de Lorica y se complazcan en probar uno de los sancochos más deliciosos de la cocina colombiana, con todo el toque del sabor del río. Quedará encantado con la mejor atención de las cocineras estrellas quienes de una manera particular entretienen con las hazañas que llevan haciendo desde hace años, cocinando el maravilloso sancocho de pescado y que sirve como sustento de sus familias.
Ya saben que el compromiso es visitar este hermoso municipio lleno de cultura, tradición y sazón. De seguro lo disfrutaran como yo.