Michael Foucault dice lo siguiente en su libro No al sexo rey: “Sueño con el intelectual destructor de evidencias y universalismos, el que señala e indica en las sujeciones del presente los puntos débiles, las aperturas, las líneas de fuerza, el que se desplaza incesantemente y no sabe a ciencia cierta dónde estará ni que pasará mañana, pues tiene centrada toda su atención en el presente, el que contribuya allí por donde pasa a plantear la pregunta de si la revolución vale la pena (y qué revolución y qué esfuerzo es el que vale) teniendo en cuenta que a esa pregunta solo podrán responder quienes acepten arriesgar su vida para hacerla". Es decir, los académicos e intelectuales estamos para desequilibrar estructuras cognitivas, transformar y cambiar el acervo científico, y reconfigurar el tejido social.
En consecuencia, como profesional, profesor e investigador universitario, estudiante de tercer año del doctorado en Agrociencias, ciudadano que paga sus impuestos y persona, marcho el 21 de noviembre en contra del paquetazo socioeconómico del gobierno actual
Porque la Universidad de los Andes, la Universidad de la Salle, la Pontificia Universidad Javeriana, el Externado, la Universidad Católica, la Universidad Santo Tomás, la Fundación Konrad Lorenz, la Fundación del Área Andina, la Iberoamericana la Universidad Autónoma y la Uniagustiniana efectuaron cese de actividades para la jornada.
Porque la Iglesia católica apoya la protesta social.
Porque no concebimos que asesinar niños sea la función del Estado sino que todo lo contrario, debe buscar la manera de ayudarlos y potencializarlos.
Porque el asesinato sistemático de líderes no tiene ninguna justificación y debe de ser un objetivo primordial de cualquier Estado de derecho que habla de democracia.
Porque 3.3% de crecimiento económico no es una panacea cuando hay 10,8 de desempleo, la deuda pública del país aumentó en un 54,3% como una de las monedas más devaluadas son el peso colombiano junto con el peso chileno.
Porque los páramos son vida no refugio extractivos que solo enriquecen a unos pocos.
Porque los jóvenes que salen de sus estudios no se le puede pagar menos que el mínimo. Uno porque es anticonstitucional y segundo porque desmotiva hacer el esfuerzo de estudiar.
Porque somos un país laico y las nuevas sectas no pueden decir que es la verdad sin consistencia científica.
Porque no quiero una reforma pensional que aumente las ganancias de los fondos privados en detrimento de la sociedad.
Porque no quiero pagar por la corrupción auspiciada por el gobierno cuando pretende que paguemos el robo de Electricaribe e Hidroituango.
Porque como profesor y colega quiero una educación gratuita y que se le cumpla los acuerdos a los que servimos en la educación.
Porque quiero paz y por consiguiente que se respeten los acuerdo de La Habana.
Porque tengo derecho a la protesta y no soy comunista por reivindicar mis derechos, simplemente soy un ciudadano.
Porque se está destruyendo aún más el aparato productivo como el sector agropecuario
Porque no quiero ver indígenas asesinados.
Porque se está retrocediendo en la inclusión en política pública de las minorías.
Por eso apoyamos el paro nacional del 21 de noviembre.
