A pesar de la ofensiva de gigantes de productos de aseo como Unilever que además tiene sus plantas para América Latina en Palmira, Valle, muy cerca de Cali, los ingleses ahora fusionados como Reckitt Benckiser.
No ha querido vender sus marcas ni su fábrica, pero además no se han dejado sacar del mercado y por el contrario cada vez innova más con nuevos productos. Están ahí, como otras gigantes como Unilever, también de origen inglés, desde los mismos 60 años.
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Ese fue el caso de la inglesa a Reckitt & Colman que aterrizó en Cali en los años 40 e impactó con su betún Cherry. Sin duda la pomada que más brillo le ha sacado a los zapatos y al buen cuero en Colombia; desde los años 90 tiene el contralado más del 50% de las ventas, por encima de Beisbol, Chinola Y Búfalo. Inicialmente lo importaba desde Inglaterra a través de la distribuidora Neville y CIA. Era fabricado por la empresa Reckitt & Colman, llamada con el apellido de sus fundadores Isaac Reckit y Jeremiah Colman, quienes la crearon en la primera década del mismo siglo XIX.
En manos de los tres hijos de Issac, y gracias a los buenos números que representaban las ventas desde América llevó a los directivos de Reckitt & Colman a pensar en la expansión internacional de la empresa. Así fue como eligieron este continente como centro de operaciones para reducir costos de producción y de transporte por cuenta de la importación de las toneladas de cajas que te tenían que embalar en demorados barcos desde la isla europea para surtir a sus clientes hispanos.
A mediados del siglo, después de no decidirse por Barranquilla, la ciudad del entonces puerto más importante de Colombia, optaron sentar la empresa en el sur de Cali, donde aún está puesta, en el barrio La Esmeralda, desde donde buscaban surtir países de Sur y Centro América. En aquel barrio empresarial montaron una gigante planta de producción, donde no solo fabrican el famoso betún Cherry, sino también hacen otras marcas reconocidas, muy vendidas y líderes en su segmento como lo son Sanpic y Vanish.
Entre sus otras marcas más conocidas están el limpiametales Brasso, el limpiador Easy-off, lavavajillas Finish, desmanchador y detergente para ropa Woolite, marcas con las que compiten en Colombia con las grandes multinacionales que han ido comprando pequeñas fábricas en distintos países, incluido Colombia, como hicieron por ejemplo con Varela, una industria familiar del Valle del Cauca, y consolidar asi verdaderos gigantes
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Los ingleses de Reckitt Benckiser han incursionado también en otras líneas de uso personal como los depilatorios Veet y los condones Durex, los terceros más vendidos en el mundo.
Son muchos los cambios de Cherry Colombiana en el tiempo
Aquella primera empresa la llamaron Cherry Colombiana Ltda. Querían aprovechar el buen nombre de su producto estrella en este lado del mundo. Diez años después, llegando a los rebeldes años 70, le cambiaron el nombre a la creciente empresa con el fin de abrirle espació a los demás productos que estaban produciendo, la llamaron Industrias Atlantis de Colombia S.A. Llegando al año 2000, la empresa Matriz, Reckitt & Colman, se fusionó con la holandesa Benckiser y ahí, para darle peso al nombre como la multinacional que es, le volvieron a cambiar el nombre por Reckitt Benckiser, pero en Colombia, por la dificultad de la pronunciación de su nombre, le dicen RB.
Desde el pasado mes de abril, los dueños de Reckitt Benckiser, eligieron como CEO de la empresa a Kris Licht, quien ha sido presidente del negocio de salud de la compañía y director de atención al cliente desde mediados de 2020. El nuevo CEO trabajaba antes de Reckitt Benckiser en PepsiCo. Allí ocupó diversos puestos de liderazgo operativo y estratégico senior. También fue socio de McKinsey.
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Aunque todo lo que fabrica RB lleva la firma de una gigante europea que tiene una historia de más de un siglo, porque fue fundada en 1913, sus marcas en idioma inglés los consumidores colombiano se han familiarizado y han aprendido a pronunciar Woolite, Wizard, Pif Paf y Karpex y Veet Rasera, que se producen desde hace más de 60 años en el barrio La Esmeralda, vecino de la base aérea Marco Fidel Súarez, el sector donde se afincaron muchas de las multinacionales, aunque algunas de las de la racha de los años 60 se han ido de Colombia y algunas otras dejaron Cali, la ciudad abierta que los acogió por décadas.
