Mientras miles de colombianos se han puesto la ruana boyacense para simbolizar y expresar su apoyo al paro nacional campesino, los políticos no se quedaron atrás en su afán de cazar incautos, mejorar su imagen y cosechar el aplauso y el voto ciudadano.
La única manera que los políticos pudieron infiltrar el tal paro que si existe de verdad, fue poniéndose una ruana y fingiendo estar con los campesinos. Los políticos no solo se disfrazan en época prelectoral, también en momentos de agitación social como el que vivimos no dudan en hacerlo. El campeón en ponérsela y fingir apoyar el paro es Uribe. Le encanta ponerse desde el poncho paisa con carriel terciado, hasta la ruana blanca de Nobsa. Roy Barreras se colocó la ruana que luce en la Convención de la U y le llevo una al presidente Santos, quien no quiso ponérsela en esa ocasión. La izquierda no se queda atrás. Petro decidió que como Alcalde de Ciudad Bolívar bien valía la pena enfundarse una ruana, y se la puso por un día, como cualquier campesino boyacense recién emigrado a esa fría y dura localidad de Bogotá, donde llegan la mayoría de los pobres de Boyacá. El presidente Santos no le gusta ponerse ruana, de ninguna, no va con su particular look inglés y su buen vestir, por eso tocó ponérsela, después de que los campesinos se lo habían puesto a él de ruana, reclamando lo que es justo y elemental.