Hasta el mismo presidente de Iván Duque se refirió a la captura de alias Maritza ocurrida en un local de venta de celulares y accesorios en pleno centro comercial de El Empedrado en Popayán. El mandatario dijo de esta mujer de tez trigueña que era una criminal de altísima peligrosidad.
Según el fiscal general, esta mujer tendría relación directa con la masacre de los 6 jóvenes que fueron ejecutados en la zona rural de El Tambo en hechos que conmocionaron al país.
Una de las hipótesis que se manejan es que el hecho criminal se habría presentado por disputas derivadas del tráfico de estupefacientes.
Los investigadores aseguran que Maritza Serna Becoche para el año 2015 lideraba con una de sus hermanas una célula urbana del ELN que tenía su zona de injerencia en la Comuna Siete de la capital caucana, específicamente en todo el sector de la quebrada Pubús.
La estructura estaría conformada al menos por 15 personas, y su actividad central sería la comercialización de droga. Según se dice, Maritza dirigía y coordinaba el proceso ilícito desde la adquisición de la sustancia estupefaciente hasta la distribución final de la misma.
Maritza tenía antecedentes. En el año 2015 fue capturada junto a sus compinches incluida su hermana. Después recobró la libertad y se desmovilizó del ELN para vincularse al frente Jaime Martínez de las disidencias de las Farc
De acuerdo con la Fiscalía, esta mujer tenía montada una red de tráfico y expendio de droga en Popayán. Estas actividades habrían generado una violenta disputa con otras organizaciones por el control territorial en el mercado final y en el sitio de origen del producto, esto es el municipio de El Tambo, donde ocurrió la masacre. Una de estas organizaciones rivales era el Grupo de Delincuencia Común Organizada (GDCO) denominado Los Primos.
Esta banda, Los Primos, también tenía un estatus en el bajo mundo del microtráfico en la capital del Cauca. En el 2017, luego de arduas investigaciones fueron enviados a la cárcel siete de sus integrantes. Como su nombre lo indica, se trataba de un clan familiar dedicado al narcomenudeo, en el asentamiento Triunfemos Por la Paz, ubicado en la Comuna 7. Allí tenían una de las ollas, más grandes, de expendio, consumo y venta de sustancias estupefacientes que generaban la comisión de otros delitos colaterales como el hurto a personas, locales comerciales y vehículos.
Analizando la carrera criminal de alias Maritza, vinculada a grupos armados pero básicamente dedicada al tráfico y distribución de drogas, podemos entender de alguna manera lo que está sucediendo a nivel macro en todo el departamento del Cauca: una reconfiguración de los grupos armados que se nutrieron de disidentes y delincuentes comunes en torno al negocio de la producción y el tráfico de drogas en campos y ciudades.
Ese es el origen y el motor de la violencia que golpea al departamento del Cauca. Lo que existe es un negocio multimillonario que antes estaba bajo el monopolio de unos pocos grupos subversivos y que ahora se disputan a sangre y fuego un sinnúmero de organizaciones criminales, sin ningún fundamento ideológico. Nuestro departamento es un simple escenario de esta guerra y la población civil y las organizaciones sociales, campesinas e indígenas son elementos que estorban a las mafias y a los ejércitos ilegales que hoy tienen en jaque a todo un país.