Desde el impacto que hubo sobre lo sucedido con el virus del Chikunguña en la población colombiana, se pensó que nada peor podría pasar. La ciudadanía no alcanzó a recuperarse de este virus, cuando en mayo de 2015 se empezó a hablar de una nueva epidemia llamada Zika transmitida por el zancudo Aedes aegypti ingresado al país desde la zona Caribe.
Los primeros registros en las EPS colombianas por parte de este virus se empezaron a desarrollar hasta noviembre del mismo año. Entre esos el primer caso en el departamento del Tolima, que fue registrado por la Secretaría de Salud del Tolima y reafirmado por el Instituto Nacional de Salud. Según el periódico El Tiempo de febrero pasado, se habían confirmado 2.084 casos en la región; las zonas más afectadas son Ibagué, Espinal, Chaparral, Purificación, Guamo, Prado y Piedras.
Cabe resaltar que desde que se presentó el primer caso en el Tolima la Secretaría de Salud anunció una alerta epidemiológica en Ibagué. Esta se basa en acciones para detectar y confirmar casos de infección, sumado al tratamiento de los pacientes y la implementación de una estrategia de comunicación para reducir la presencia del mosquito transmisor de esta enfermedad. También se ha pensado que la capital musical debería adoptar la estrategia de fumigar como en otras ciudades. Sin embargo, según la secretaria de Salud de Ibagué, Valentina Salazar “la fumigación no es tan efectiva porque su impacto dura entre tres y cuatro días. Además se matan solo los adultos, pero estos insectos ya han dejado larvas y huevos, entonces pasado el efecto, vuelve y se tienen zancudos. Es decir, tendríamos que fumigar cada cuatro días y esto no sería saludable”. La estrategia más reciente del gobierno fue presentada por el actual alcalde de Ibagué Guillermo Alfonso Jaramillo quien declaró que “estoy convocando al Ejército, la Policía, la Defensa Civil, Bomberos, entidades de salud e instituciones educativas para incrementar las acciones de prevención especialmente en sectores vulnerables de la población.”
Respecto a la alarmante situación de propagación del virus Zika, la ciudadanía afectada no se encuentra satisfecha con la calidad del servicio que ofrece el sistema de salud público para tratar esta enfermedad.
Entre los ciudadanos disgustados está Ismael Guzmán, padre de familia y habitante del barrio Ciudadela Simón Bolívar tercera etapa, quien afirma que “El sistema se encuentra muy saturado y es muy difícil que a uno lo atiendan. Por eso yo llamé a un amigo que es doctor y él me recomendó que tomara mucho acetaminofén y bastante líquido que eso me ayudaría”.
Otro caso es el de la señora Gladis Ortiz, habitante del barrio Onzaga, quien declaró que al momento de contraer Zika no acudió a una EPS porque los síntomas eran recientes y no habían sido muy fuertes, además debía atender su tienda. Por otra parte la señora Aydé Hernández de Orjuela, habitante del barrio Jordán octava etapa, manifestó “Fui a Saludcoop me mandaron solo pastas y que me cuidara, que no me asoleara, que no me serenara y que tomara harto liquido”.
Actualmente, las comunas que aportan más del 50 por ciento de los casos de Zika son las Siete, Ocho Nueve y Trece. El agente responsable más común en los barrios más afectados por el virus es el mal estado de las quebradas. Sobre el barrio Ciudadela Simón Bolívar perteneciente a la comuna ocho, Ismael Guzmán afirmó que: “Las quebradas propagan los zancudos, como los pozos de aguas negras que se forman por la sequía. Acá entra también el tema del Fenómeno del Niño. La comunidad actualmente que yo sepa no ha realizado ninguna reunión formal para llevar ese tema”. Con respecto al barrio Onzaga, que se encuentra en la comuna cuatro y aunque no es una zona de gran afectación, Gladis Ortiz declaró que “por supuesto, esta zona es de riesgo, porque por esa quebrada pasa mucha agua negra, que en sí viene desde la parte de arriba del otro barrio” (Barrio Gaitán). Durante el período de organización que hubo con la junta de acción comunal con el señor don Emilio Tapia a la cabeza, se presentaron muchas quejas en el Ibal, pero nunca nos atendieron y hasta ahora no nos han puesto cuidado ni nos han ayudado con ese tema. Ígualmente en el barrio Jordán octava etapa perteneciente a la comuna cinco, zona fuera de gran impacto por el virus, Aydé Hernández de Orjuela, manifestó que “Sí es un medio de propagación porque nunca vienen a fumigar y se forma una zanducera tremenda. Actualmente no se han realizado acciones en la comunidad para evitar este problema, aunque se han tratado los temas en las juntas de acción comunal para que vengan a fumigar y no han venido”.
La ciudadanía exige que el gobierno se interese más por la situación actual que se vive en sus barrios. No basta con pasar de puerta en puerta revisando las albercas. Los habitantes necesitan que las quebradas, posos de aguas negras y basuras que allí se encuentran se recojan, se limpien y finalmente que se realicen un control permanente.
Frente a la situación Ismael Guzmán afirmó que “La Alcaldía, la gobernación y la secretaría de Salud deberían estar más pendientes no solo en este barrio sino en el barrio Santander, el río Chípalo que pasa por los lados de las Orquídeas y todos esos sectores. Aunque si han venido, pero solo a revisar casa por casa las albercas, si hay botellas, si hay llantas pero no miran las quebradas, solo nos dan métodos de prevención”. Por su parte Gladis Ortiz declara que “Deben intervenir, es de gran importancia; así por mucho lo que han hecho, fue que como hace unos meses el pozo de aguas negras que queda en el otro barrio (Barrio Gaitán) colapsó, entonces había el reguero de aguas negras por la carretera, pero eso si fue atendido de una vez por los del Ibal y eso que solo lo reforzaron con latas, que en cualquier momento pueden volver a colapsar”. Respecto a la situación del Jordán, Aydé Hernández manifestó que “Hay mucho zancudo y ahí todo el mundo bota basura, sacan la basura cuando pasa el carro y los desechables se meten y hacen las necesidades ahí, eso se pone que uno no se puede ni sentar en la puerta”.
La comunidad hace un llamado a la ciudadanía ibaguereña para que tomen una postura muy crítica frente a cómo el gobierno está tratando este virus que ha afectado a amigos y familiares. También que no se olvide que en sus manos está la responsabilidad para que el zancudo en cierta parte no se siga reproduciendo. El sentido de pertenencia empieza desde cómo los ciudadanos cuidan su riqueza territorial y cómo actúan frente a las instituciones que por obligación debería proteger estos espacios. Las soluciones están, dependen de los mismos habitantes que estas tengan éxito.