El mal estado de la vía nacional que de Neiva conecta con Caquetá y Putumayo al sur del país hace que sea un riesgo movilizarse por esta importante arteria vial del departamento.
Viajar al municipio de Pitalito o ir a Florencia por la vía que de Neiva conecta al sur del país es todo un caos que tiene cansados a los huilenses. Son constantes los tramos que tienen enormes huecos y el asfalto deteriorado. La falta de intervención y mantenimiento hace que el viaje al sur sea riesgoso.
“Mal-aliadas”, como denominan los huilenses a la concesión Aliadas para el Progreso que tiene al cargo la vía, parece no intervenir de manera efectiva el mantenimiento de esta ruta nacional. La concesión hace parte del jugoso negocio de la administración de las vías y el cobro de peajes en el que participa el Grupo Solarte, que resultó salpicado en el caso Odebrecht. El gobierno nacional ha querido imponer otros nuevos peajes sobre esta arteria, situación que también genera malestar en la zona.
Los incumplimientos de Aliadas son constantes. Por ejemplo, la concesión en la vía 4G Neiva-Mocoa-Santana lleva meses esperando a ser cedida por la caducidad del contrato. La Superintendencia de Transporte tiene abiertas investigaciones contra esta concesionaria por varios hallazgos de incumplimiento
El mal estado de la vía aumenta el riesgo, ya que los vehículos deben reducir la velocidad de manera drástica, lo que genera choques. Además, el esquivar los huecos, aumenta el nivel de accidentalidad. Esta situación genera afectaciones mecánicas en los vehículos a los que se les estallan las llantas y sufren en su sistema de amortiguación. El diputado del Huila, Armando Acuña Molina de manera reiterada denuncia la situación: “hay huecos que son una trampa mortal, por ejemplo entre Hobo y Puerto Seco, lo que afecta a diario a los transportadores”.
A esto se agrega el impacto generado por Enel-Emgesa con la construcción de la represa El Quimbo. Son varias las zonas afectadas por la falla sísmica en inmediaciones de la represa en la vía Gigante-Garzón, zona donde el nivel del agua de la represa socava afectando la bancada. Así mismo, la comunidad denuncia posibles fracturas en el puente de la Jagua sobre el río Suaza que podrían agudizar aún más la crisis.
Pese a que el gobierno nacional anunció la reducción del 50% en el peaje de Altamira, la situación no alivia el grave panorama que vive la movilidad nacional por la vía al sur. Esta situación preocupa al gremio transportador que está a punto de paralizar labores. Los gremios y veeduría ciudadanas en Pitalito han denunciado la grave crisis en la movilidad en la ruta Neiva-Garzón-Pitalito-Mocoa. El malestar en la ciudadanía es tal que llaman al no pago del peaje que consideran es un atraco, dado el lamentable estado de la vía.
El incremento en los gastos de los transportadores por las afectaciones viales es bastante. Según Acuña, se empieza a sentir los efectos de la crisis en la movilidad, “Ya se siente sobre costos en la canasta familiar, agroinsumos, pasajes, fletes de carga, entre otros. Afectando directamente el bolsillo de toda la población huilense sobre todo los de la zona centro y sur del Huila”.
Además a lo anterior, se suma el cierre en intermitente en la vía Suaza que conduce a Florencia (Caquetá) y las afectaciones de la zona de Pericongo en la vía hacía Pitalito que tiene tráfico restringido. Pese a las medidas y acuerdos con el gobierno departamental e Invias, la crisis es latente y no hay salidas efectivas para enfrentarla.