¿Estamos ante el final de los hombres definidos históricamente con derecho al poder, destinados al liderazgo, arrogantes, confundidos por cualquier cosa que no sean ellos? Eso se pregunta e intenta responder en cinco puntos Hanna Rosin, una escritora israelita crecida en Nueva York, columnista de la revista Time y autora del libro El fin de los hombres: y el ascenso de las mujeres (The End of Men: And the Rise of Women). Su escrito Los hombres están obsoletos estuvo entre los diez más leídos de Time la primera semana de enero. No es que ella diga que los hombres van a desaparecer, para nada. ¿Cómo? ¿Qué haríamos sin esa “maravilla” de la naturaleza? ¿Sin esos colaboradores, mujeriegos, cariñosos, mentirosos, detallistas, parranderos, dóciles, mandones, ennaguados, enamorados, cómplices, vanidosos, alcahuetes y muchos calificativos más? De pronto muchas cosas sí y muchas no, porque gracias a Dios no son iguales. La verdad es que nos necesitamos mutuamente, pero sin machismos ni feminismos; ¡qué pereza los extremos!
La RAE dice que obsoleto quiere decir anticuado, inadecuado a las circunstancias actuales, y a eso se refiere la escritora. Ella asevera que en lo único que no se reemplazaría un hombre sería en la producción de espermatozoides; “en el resto las mujeres han mostrado mucha autonomía”. ¿Y el arrunche en cucharita, y todo de ahí p’arriba? ¡Ay no, me niego!
Las cinco razones por las que los hombres están obsoletos
Según la columnista, durante las últimas décadas los ingresos de los hombres han disminuido y los de las mujeres aumentado. Yo francamente creo que en Colombia vamos a paso de tortuga en ese aspecto, es decir, ¿que a los hombres les han disminuido los ingresos?, sí, ¿pero que a las mujeres les han aumentado? Yo no estaría segura. Para ella, la economía y las mujeres están cambiando; ¡los señores no!
Razón 1: Los hombres están obteniendo menos títulos que las mujeres, quienes están recibiendo el 60% del total; esto en Estados Unidos. Estuve averiguando qué pasaba en el mundo y me llevé una sorpresa. Si bien en Europa se está incrementando el número de mujeres profesionales a ritmos acelerados, en España el porcentaje de graduadas profesionales ya es igual al de EE. UU. (60%), y en nuestro país el Observatorio Laboral para la Educación en Colombia reveló hace dos años que las mujeres lideran el total de graduados del país entre 2001 y 2010: El 54,4% son mujeres y el 45,6% son hombres; ¡casi un 10% más! Buena cosa.
Razón 2: La manutención del hogar suministrada por el hombre está desapareciendo. Hanna Rosin asegura que “por primera vez en la historia las mujeres de todo el mundo se están casando ‘hacia abajo’, es decir, con hombres con peores perspectivas que las que ellas tienen”. Por eso se refiere a la esposa alfa, una mujer que gana más dinero que su marido o novio. “Las mujeres están ocupando puestos de poder que alguna vez estuvieron totalmente cerrados para ellas”. Lo valioso es que, según la escritora, el ascenso de las mujeres ha sido en solo 40 años, mientras que los hombres han estado en el poder durante 40 mil. Así que a ese estándar estamos subiendo a velocidades vertiginosas.
Razón 3: Los hombres pierden sus puestos de trabajo y pierden su voluntad de ser padres, y las mujeres lo hacen todo solas. Hanna se pregunta ¿Por qué estas mujeres no se casan o viven con los padres de sus hijos? Pues porque muchas le dijeron que "sería una boca más para alimentar". Esto también lo estamos viendo en nuestro país. Conozco muchos hombres mantenidos, y otros literalmente botados de sus casas por serlo. ¡Bien hecho!
Razón 4: Los hombres han perdido el monopolio de la violencia y la agresión.Esto tiene de bueno y de malo. “Las mujeres son cada vez más seguras sexualmente, más agresivas y violentas; van a la guerra, a la cárcel y golpean a quien se mete con lo suyo”, asegura la autora.
Razón 5: Es el fin de los hombres, porque ahora también están obsesionados con el pelo del cuerpo.Esto sí es lo máximo. La “opresión patriarcal” ha hecho con el tiempo que las mujeres no lleven vello casi en ninguna parte del cuerpo. Sin embargo, hoy los hombres se pelan, se rasuran o se hacen la cera ¡en todo el cuerpo! Sudo de solo pensarlo… Alguna vez vi a un grupo de hombres mayores cruzar las piernas cuando les hablaron de seguir esa moda. Ellos lo hacen, pero jamás dirán que las mujeres los obligaron a hacerlo, porque de lo contrario... ¡ni pío!
A los hombres hay que enseñarles a adaptarse al nuevo mundo donde ellos “optarán por llevar a sus hijos a un parque a las tres de la tarde de un martes, nadie los mirará burlonamente, nadie va a preguntarse si ellos están sin trabajo, nadie va a pensar: "¡Qué perdedores!". ¿Podrán sentirse cómodos en este nuevo mundo? O cambian, o cambian; de lo contrario señores, ¡ustedes seguirán obsoletos!
¡Feliz resto de semana!