Hay muchos colombianos que son hinchas legítimos del Real Madrid. Familias como los Pastrana o los Santos que han tenido contactos desde hace muchos años con España podrían justificar su simpatía por el equipo del que era hincha Francisco Franco. Pero que el hijo de un obrero en Suba sienta más amor por un equipo que está a 10 mil kilómetros de su casa que por Millonarios habla de que la gente ya no vive en ciudades sino en el televisor o en su Smartphone.
Son tan patéticos los estados de Facebook de mañana vamos por la 12 como los Culé hasta la muerte. He visto a muchachos pelearse por los lados del Andino cuando hay clásico del fútbol español, pelados que en su vida conocerán Madrid gritan su fucking Hala Madrid hasta quedar roncos. En Bogotá son tan detestables que organizan caravanas si el Real Madrid le gana a la Juventus de Buffon.
Ojalá mañana el legendario arquero levante la única copa que le hace falta. Me salvaré de leer los mensajitos ridículos en redes, autoproclamándose campeones quien sabe de qué. Lo más triste es saber lo risible que resultan a los ojos de los madrileños hinchas del Real esta partida de igualados. Muchos ultras los levantarían a patadas por la calle de Madrid. Hay mucho hincha del Real facho. Una buena temporada en la capital española les curaría la falta de carácter que revela ser simpatizante del mejor equipo del mundo sólo para sentirse miembro de un triunfo a la brava, sólo por estar hipnotizado por el marketing tan brutal que maneja el titiritero Florentino Pérez.
Si, le pido a Dios que mañana pierda el Madrid y que gane mi equipo, el Bucaramanga. Es lo único que me importa.