Durante más de 30 años, esta panadería, nacida en Cali, ha conquistado el paladar de los colombianos. Aunque sus fundadores, de origen paisa, no estuvieron detrás del primer pan que salió de sus hornos, quien le dio vida a ese amasijo que la llevó al éxito fue un hombre de Boyacá llamado Leonel Cutiva, a quien de cariño le decían Cuty. Él, junto a su hermano, eran los dueños de Kuty, que tiempo después fue adquirida por los Ramírez.

Eso sí, los hermanos Ramírez aún no eran los propietarios de aquella pequeña panadería ubicada en el barrio Junín, en la comuna 9 de Cali, construida en 1958. Sin pensarlo dos veces y con el espíritu emprendedor que caracteriza a los paisas, decidieron comprarla. Lo que comenzó como un pequeño negocio se expandió rápidamente por toda la ciudad, convirtiéndose en el lugar predilecto de caleños y visitantes para desayunar.
Con el paso del tiempo, la panadería dejó de tener un único punto y empezó a crecer. Hoy en día, cuenta con 15 sedes en Cali y ha logrado competir con las panaderías de Bogotá, donde ya tiene 9 establecimientos. Su menú es variado, ofreciendo no solo productos típicos de panadería, sino también una gran selección de desayunos y almuerzos, lo que ha impulsado aún más su popularidad.
Además, Kuty ha diversificado sus servicios y ahora ofrece opciones especiales para eventos, elevando su prestigio en las ciudades donde tiene presencia. Un crecimiento que ha sido posible gracias al trabajo incansable de los hermanos Ramírez, quienes han sabido mantener y expandir su legado durante más de 40 años.
La aventura de Jairo de Jesús Ramírez que lo involucró en el mundo de la panadería
El relato de Jairo de Jesús Ramírez es el inicio de una trayectoria que lo llevó a convertirse en un referente en el mundo de la panadería. Desde su juventud, tuvo contacto con el Valle del Cauca mientras estudiaba en la Universidad de Buenaventura, pero fue en su regreso a Cali cuando su destino tomó un giro inesperado. Allí, comenzó a trabajar con su tío, dueño de una cadena de panaderías tradicionales llamadas La Novena, y rápidamente asumió el desafío de administrar uno de los establecimientos.
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En 1978, con apenas unos años de experiencia laboral, Jairo se convirtió en administrador de una de las panaderías de su tío. Su carácter inquieto y visión propia lo llevaron a tomar decisiones que, aunque efectivas, no siempre coincidían con las expectativas de su familia. Esta independencia de pensamiento le costó su puesto apenas un año después, cuando su tío decidió despedirlo debido a su rebeldía. Sin embargo, lejos de ser un revés, esta experiencia le brindó herramientas valiosas que definirían su futuro.
En su breve paso por La Novena, Jairo no solo aprendió sobre la administración de un negocio, sino que también se enamoró del arte de la panadería, en especial de los buñuelos. Ese conocimiento y pasión se convertirían en la base para lo que vendría después: la creación de Kuty, una panadería que hoy es reconocida por su tradición y calidad. Su historia demuestra que los tropiezos pueden ser el punto de partida de los grandes sueños.
Los hermanos paisas que conquistaron Cali con Kuty
Los paisas se han destacado históricamente como emprendedores natos, y los casos de éxito en el país son muchos. Tan solo el año pasado, 172 empresas antioqueñas entraron en la lista de las 1.000 compañías más grandes de Colombia. Entre esas historias inspiradoras están Jairo de Jesús y Guillermo Ramírez, dos hermanos nacidos en Marinilla, Antioquia, quienes, se hicieron socios lejos de su tierra natal, a más de 400 kilómetros.

Ambos llegaron a la capital del Valle con el deseo de emprender, y fue allí donde encontraron aquella panadería en Junín. Sin dudarlo, hicieron efectiva su compra, un negocio que había iniciado en 1975. Para convencer al propietario del lugar, los hermanos Ramírez le ofrecieron un Renault 4 y un Renault 12, pues no tenían mucho dinero. Tras una importante inversión para mejorar la apariencia del lugar y modernizar sus equipos, abrieron oficialmente su sede en la calle 15 con carrera 21 el 13 de marzo de 1985.
En 17 años, los hermanos lograron abrir tres sedes más en Cali, incluyendo la primera en ofrecer atención 24 horas. Además, crearon su planta de producción, la cual generó empleo para más de 150 personas en la ciudad. Luego de 20 años de crecimiento sostenido, Kuty llegó a Bogotá el 13 de marzo de 2005, estableciendo su primera sede en el barrio Santa Isabel.
El crecimiento no se detuvo ahí. A inicios del siglo XXI, los hermanos incorporaron desayunos a su menú, lo que impulsó aún más su éxito. Con ello, Kuty se convirtió en una alternativa ideal para quienes buscaban opciones rápidas, de calidad y a buen precio.
La mina de oro de los Ramírez que no deja de crecer
La panadería y pastelería Kuty ha mantenido su expansión desde que inició en Junín hace más de 40 años. Hoy en día, los hermanos Ramírez han logrado consolidar su marca en dos de las ciudades más importantes de Colombia. Como mencionamos anteriormente, actualmente Kuty cuenta con 15 sedes en Cali y 9 en Bogotá, y sigue en proceso de expansión.
Sin embargo, los planes de los hermanos Ramírez no terminan aquí. Recientemente, presentaron su nueva planta de producción, un ambicioso proyecto que tardó tres años en construirse y que ha permitido la generación de 500 empleos. Desde esta planta, se elaboran productos que no solo abastecen sus puntos de venta, sino que también se distribuyen a diferentes negocios, ampliando la presencia de Kuty en el mercado.
Con una historia de esfuerzo, tradición y expansión, Kuty se ha convertido en un referente de la panadería en Colombia. Y con el ritmo que llevan los hermanos Ramírez, es probable que muy pronto su marca siga conquistando nuevas ciudades.
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