Con trabajo forzados y asesinatos a quienes desobedezcan, las disidencias de las Farc y el ELN han expandido su poder en el paso fronterizo entre Venezuela y Colombia. Así lo descubrió la ONG Human Rights Watch después de entrevistar a cientos de personas y recorrer con cámara en mano el departamento de Arauca y el estado venezolano de Apure. Los testimonios de los líderes sociales, los funcionarios públicos, los comerciantes, los periodistas y las víctimas que hablaron, quedaron recopilados en un informe que presentó esta semana la ONG y con el que su director, José Miguel Vivanco, pretende alertar a los gobiernos de Iván Duque y Nicolás Maduro sobre la urgente intervención en esos lugares.
Aunque el ELN, al mando del duro comandante Pablito, quien se ha negado a sacar adelante un acuerdo de paz con el gobierno, y las recién conformadas disidencias de las FARC “Frente Décimo Martín Villa” son las que tiene la mayor presencia en ambos países, Human Righs Watch encontró que del lado venezolano se encuentran además las Fuerzas Patrióticas de Liberación Nacional (FPLN). Según el informe, este último grupo tendría además relación y estrecha colaboración con la guardia venezolana.
En Arauca y Apure “castigan a los residentes con trabajo forzado; los obligan a trabajar de forma gratuita, a veces durante meses, en actividades como agricultura, limpieza de caminos o cocinando en los campamentos de los grupos armados, que suelen estar en Venezuela”, según Vivanco. Incluso, en lo corrido del año pasado, aparecieron 16 cuerpos con letreros de “informantes”, “violadores”, “narcotraficantes” o “ladrones”.
Este es el informe completo