La semana anterior observaba desprevenido la emisión del medio día de Noticias RCN. En los titulares anunciaron dos noticias con cierto grado de similitud en teoría: el retiro de un niño Wayuu desnutrido de un hospital por parte del papá, y una manifestación de amas de casa venezolanas desesperadas por poder comprar alimentos, medicinas y víveres. Hasta ahí no hay nada fuera de lo común (diría cualquier dirigente político guajiro). Sin embargo, lo que me llamó la atención fue el cubrimiento que se dio de ambas noticias. A la noticia del niño Wayuu se le otorgó poco tiempo y solamente se contaba con un vídeo mal grabado y de pocos minutos tomados por un médico del hospital. Por su parte, el cubrimiento de la noticia de la manifestación de amas de casa venezolanas contaba con varios reporteros en lugar de los hechos. Además, se presentaron cuatro entrevistas a mujeres que querían comprar alimentos y no habían podido. También se entrevistó a más de dos comerciantes y a miembros de algunas autoridades del vecino país, a quienes se les interrogaba a fondo sobre lo que sucedía. No solo era el cubrimiento y tiempo dedicado a la noticia, sino el tratamiento que se le daba a los dos hechos noticiosos: eso es a lo que trato de referirme. Por un lado un periodismo punzante en que se maneja el tema de la crisis política y económica de Venezuela y por el otro lado un adormecimiento periodístico con que se maneja la hambruna Wayuu en la Guajira colombiana.
Es contradictorio ver el desequilibrio de los medios, cuando tratan el hambre Wayuu y la crisis venezolana. Hasta ahora, en el vecino país no se dan muertes por desnutrición, en cambio en Colombia en lo corrido del 2016 van 38 niños wayuu fallecidos por causa del hambre. El problema aquí no es la crisis de la hermana república sino la falta de criterio y autoridad moral con la que nuestros medios de comunicación informan a la sociedad colombiana.
Los grandes medios de comunicación en realidad funcionan como grandes deformadores de opinión pública. Es cierto que lo que ocurre en Venezuela es una gran crisis social, política y económica, pero lo que está ocurriendo en la Guajira colombiana es también algo gravísimo que va en contra de los Derechos Humanos, entonces, las preguntas que deberíamos hacernos son: ¿Por qué los grandes medios de comunicación de Colombia no se han ocupado de forma enérgica, categórica y contundente en contra de la hambruna wayuu en la Guajira colombiana?
¿Por qué los noticieros de Caracol televisión y RCN televisión no son tan punzantes ni investigativos en cuanto al hambre wayuu y en cambio que en torno al tema de la crisis venezolana resultan ser los investigadores más acuciosos del continente?
Otra acotación que traigo a colación se trata del homenaje por parte de diferentes instituciones que condecoraron hace poco en Riohacha a un parlamentario guajiro, por haber realizado una “buena gestión” y un “buen” desempeño como presidente de la Cámara de Representantes.
Tal evento fue organizado por la Cámara de Comercio y la Universidad de La Guajira y unas empresas privadas. El parlamentario, recibió condecoración del Departamento, el Distrito de Riohacha, la Universidad de La Guajira y de la federación Nacional de Departamentos. Menciono esto por encontrarlo no solamente irónico sino como una fehaciente muestra del alto grado de cinismo que caracteriza a la clase dirigente de nuestro país.
Cómo se puede homenajear a un dirigente político activo del departamento mientras que en el mismo departamento hay niños muriéndose del hambre. ¡Por favor alguien que nos explique esta vaina!
Unos medios de comunicación serios y comprometidos con labor periodística, hace rato que estuvieran presionando e insistiendo con la hambruna wayuu, proponiendo soluciones, investigando a los responsables, buscando la destitución de mandatarios corruptos o por lo menos intentando denunciar los hechos de corrupción con base a profundas investigaciones.
'Shawantama’ana hermanos wayuu'.