Paulo Sánchez es uno de los conocedores más milimétricos de la música colombiana. Un gestor cultural que convirtió el Teatro Colsubsidio en el lugar donde -antes de la maldita pandemia- veíamos a los más grandes artistas de la música latinoamericana. Su palabra tiene peso y por eso traemos a colación uno de sus estados de Facebook que escribió después de las reacciones que han generado la muerte de Jorge Oñate.
Sin desconocer su talento, Sánchez intentó ubicar en la historia del vallenato al cantante. Lo hizo sin anestesia
Habrá expresión más gastada que “se fue el más grande”?. Al fin quien era el más grande? Yo solamente pude afirmar eso en la música cuando murieron Paco de Lucia, Michael Jackson, Lucho Bermúdez, Claudio Abbado, Mstislav Rostropóvich, Camarón de la Isla, y pocos más. En un género tan importante en Colombia y que internacionalmente representa tanto de la identidad cultural de nuestro país como el Vallenato, deberíamos tener algo más de certeza sobre los exponentes del género. Oñate era un intérprete muy importante, sin duda. Absurdo desconocerlo con el argumento de que le cantó a la mafia. En este país gobernado por la mafia, son muchísimos los artistas que han actuado para la mafia, y eso los podrá hacer inmorales si se quiere, pero no malos artistas. Oñate era uno de los grandes; oscuro, gris, con mala vibra como gran parte de los intérpretes del vallenato por ese contexto sórdido que rodea la escena del vallenato en el nivel de las “estrellas”; pero no me interesa saber si era el más grande, porque el vallenato ahora no es un género de juglares, esa época es quimera. Ahora el vallenato es de conjuntos, de intérpretes, de casas nobles del Valledupar opulento del “festival de la leyenda vallenata”, al que tuve la oportunidad de ir para verificar lo que afirmo. Que descanse en paz Oñate, pero los más grandes murieron hace mucho tiempo.