El 9 de mayo del 2001 Hernán Darío Gómez estaba en el bar del hotel Hilton en Guayaquil cuando un hombre se le acercó a su mesa. En ese momento Bolillo era una de las personas más queridas del Ecuador. Su gestión con esa selección estaba llevando a ese país por primera vez a un mundial. Todos estaban felices menos un hombre. Dalo Bucaram, hijo de Abdalá, el ex presidente ecuatoriano, tenía intenciones de ser convocado a la selección pero el Bolillo se resistía. Un hombre cercano a los Bucarán, de nombre José Rodríguez, empezó a increpar al técnico paisa. Después sacó una pistola y le disparó en la rodilla izquierda. Era el precio de no convocar al hijo de un tipo que se soñaba con ser dictador.
Bolillo se recuperó. Ecuador fue uno de sus proyectos soñados. Le dio la primera victoria en su historia a ese equipo, contra Croacia 2-1 en el mundial del 2002. Luego vendrían otros momentos como en el 2018 cuando clasificó por primera vez a Panamá al mundial de Rusia. Pero son flores en un desierto. Bolillo ha estado siempre sumido en la polémica. Cuando fue seleccionador nacional en 1996, durante la eliminatoria al mundial de Francia, se conocía la alcahuetería con Faustino Asprilla, a quien le permitía salir de la concentración de la selección para verse a escondidas con la modelo y actriz Lady Noriega. Ataques verbales a periodistas, mal comportamiento y fracasos en el fútbol colombiano han empañado su carrera.
Bolillo en su época de gloria, eliminatorias del 2002 logrando lo impensado con Ecuador
El fracaso mayor del Bolillo
El peor de todos fue en el 2012, después de realizar una digna Copa América en Argentina, golpeó en el bar de salsa El Bembé a su amante, con la que tuvo un hijo. El escándalo le valió la salida de la selección. Fue públicamente defenestrado. Entonces se fue a Panamá y logró resarcirse pero su regreso a Colombia ha estado signado por los fracasos.
Volvió a su casa natural, el Deportivo Independiente Medellín y no dio pie con bola. Después pasó fugazmente por el Atlético Bucaramanga pero ni siquiera pudo debutar con el equipo porque su postura contra el goleador Dayro Moreno lo sacó del proyecto. Recayó en Junior de Barranquilla. La idea era que se metiera al vestuario y le quitara poder a las estrellas del equipo, supuestamente consentidas por la mano suave de Don Fuad Char. El primero que se va es la Super Estrella Juan Fernando Quintero, el hombre mejor pagado en la historia del fútbol profesional colombiano. Lo sacó y Quintero se fue diciendo que no era feliz en el Junior del Bolillo.
Los resultados nunca llegaron. Al contrario, lo que apareció fue la confrontación. Sacó a un líder del vestuario, al máximo de máximos, Sebastian Viera, muy al contrario de lo que esperaba la afición. El día que se despidió de la hinchada tiburona las tribunas del Metropolitano estaban abarrotadas, en contraste a lo vacías que se veían en el primer partido de esta temporada, contra las Aguilas Doradas, en donde pierden 1-0.
Los Char intentaron mantener un proceso. Un proceso que era resistido por el exigente público barranquillero. Sin embargo todo se quebró. La derrota por penales aceleró un final que era inevitable, un divorcio cantado. El Bolillo, quien se había salido de la ropa, fue sacado del Junior por la puerta de atrás. A sus 69 años será difícil recomenzar.