Los canticos, las idas en familia al estadio, lucir orgullosamente la camiseta del equipo que por tradición o gusto se apoya, se volvió tan o más peligroso que las mismas bacrim, nuestros hijos, hermanos, padres y amigos están siendo vilmente privados de su derecho a la libertad y lo que es peor de su derecho a vivir.
En Colombia no podemos seguir permitiendo que nos limiten y mucho menos que limiten nuestras pasiones, el fútbol en el país se ha vivido con violencia, la violencia en la canchas con los jugadores que se agreden, la violencia en el estadio con canticos insultantes que dejan de lado el alentar a un equipo y se enfoca la energía en los insultos más fuertes entre hinchas, la violencia que en especial Sur América por su ferviente amor al fútbol ha copiado de las barras europeas, violencia, violencia, violencia en eso se ha convertido tristemente la palabra fútbol colombiano.
Ni el estado, ni el país, ni los verdaderos hinchas, ni los equipos, ni aquellos que no somos hinchas, estamos dispuestos a tolerar más muertes por una camiseta, estos personajes que creen tener el poder de arrebatarle la vida a un hincha, no son los verdaderos amantes de este deporte que llevan a su equipo en el corazón, aquellos que saben vibrar con los goles y que antes que nada respetan la democracia futbolera y entienden que la vida se deja en un partido de futbol y el arma son los goles y los gritos de celebración.
Por culpa de unos vándalos que se esconden detrás de una camiseta, no podemos permitir que continúen señalando a todos los hinchas como desadaptados sociales y asesínos, tenemos que cambiar el concepto de barras, que indiquen violencia y drogas, las barras bravas tienen que ser los líderes de los hinchas como lo hacen algunos, que ven desvirtuada su labor después de que estos mal llamados amantes de una camiseta se arman de odio e ignorancia y salen a las calles como asesinos en serie en busca de su próxima víctima.
Para solucionar esta problemática hay que atacar todos los frentes, hay que imponer leyes más fuertes que castiguen a estos asesinos, crear conciencia y educar a los hinchas, campañas de socialización y apoyo absoluto de los verdaderos apasionados a su equipo quienes por amor a a la camiseta y el respeto que se le debe dar a la palabra HINCHA , denuncien a todos aquellos violentos que tras una camiseta asesinan y ponen de luto el hermoso espectáculo del fútbol, así como también a las familias de estos seguidores que al igual que cualquiera lucia con orgullo el apoyo e infinito amor a su equipo.
Resalto la decisión del alcalde Petro de suspender el encuentro entre Millonarios y Nacional y así por fin poner a los equipos e hinchas a liderar un “proceso de paz” entre camisetas, me pregunto yo quienes estarán realmente detrás de estos actos vandálicos, ¿quiénes son los verdaderos asesinas que están utilizando a jovencitos disfrazados de hinchas para asesinar?, ¿qué ollas se calientan a altas temperaturas que año tras año cobran víctimas de diferentes colores? Eso es algo que todos nos preguntamos y que por lo visto no tendrá una pronta respuesta.
Insisto no más muertes por el color de una camiseta, no más familias llorando sus muertos por apoyar el fútbol colombiano, no más miedo por divulgar el color de una pasión, ya es hora de el gobierno tanto nacional como distrital, se dedique a la educación del pueblo, de qué sirve un dialogo de paz cuando nos estamos ahogando en violencia en las calles, con qué cara se está pensando en elecciones presidenciales cuando nos estamos matando por banalidades y se están violando los derechos básicos en el país, necesitamos hechos señor Ministro de Defensa y menos palabrería, que se vea su labor más en los actos y menos en televisión.
Lo que necesitamos es una labor conjunta del gobierno, de los hinchas, de la DIMAYOR y de todo el país, no sólo repudiando este hecho, sino clamando justicia por las víctimas y educar al país entero en el arte del fútbol, el cual es un espectáculo para algunos y una pasión para otros dos puntos de vista pacíficos y vibrantes, y resaltar que por unos criminales, no podemos señalar a todos los hinchas que al igual que los jugadores sudan la camiseta en los estadios a punta de saltos, gritos y amor de diferentes colores. Queremos que los goles vuelvan a ser la pasión del futbol y no el número de hinchas asesinados que aumenta a diario, queremos más fútbol, más espectáculos, más pasión y menos muertes y criminales.
