Desde su primer mandato, Luis Alberto Monsalvo ha tenido un haz bajo la manga y es convertir al clan Gnecco Cerchar en el único impulsor del folclor en la región por medio del proyecto Centro Cultural de la Música Vallenata que este año, por fin, se materializará.
Esto pone en apuros a la familia Araújo, que desde los años 60 ha sido la que manda la parada en la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata con Rodolfo Molina Araújo en la presidencia. Antes de la llegada de la pandemia, los Araújo se encargaban de la logística y eventos del Festival Vallenato que dejaba ganancias de hasta 40 mil millones de pesos anuales. La familia Araújo no le perdona a Monsalvo hacer su propio Centro Cultural con una inversión de $138 mil 817 millones en plena crisis nacional y en un lugar diferente al tradicional Parque de La Leyenda que lleva el nombre Consuelo Araújo.
Monsalvo llegó a la gobernación del Cesar en el 2012 de la mano influyente de su mamá Cielo Gnecco. Monsalvo culminó su mandato en el 2015 pero la familia hizo una alianza con el vargasllerismo con la que mantuvo el control a través de Franco Ovalle.
Desde entonces, los Gnecco han dominado el cargo de manera ininterrumpida cuando en el 2020 Monsalvo regresó a la gobernación dejando relegada a los Araújo, la familia tradicional más poderosa del Cesar.
Los Araujo tomaron las riendas una vez Jorge Gnecco fue asesinado por Jorge 40, pero en el 2010 se fueron en declive cuando el exgobernador Hernando Molina Araújo (2005-2007) y exsenador Álvaro Araújo (2002-2007) fueron condenados a prisión por nexos con el paramilitarismo.
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