Hasta 1979 el América de Cali jamás había ganado nada. Ese año los Rodriguez Orejuela armaron un "dream team" dirigido por el todopoderoso Gabriel Ochoa Uribe. Entonces empezaron a ganar todo y, una década después, tenían 8 títulos. Todo fue por la inyección económica que le imprimieron los capos del Cartel de Cali. Entonces trajeron del Paraguay a Roberto Cabañas, ídolo de la selección Guaraní y a Gonzalez Aquino, su paisano, a Batagglia también. De Argentina trajeron a Ricardo Gareca, autor del gol que clasicaron a los gauchos en 1985 al mundial de México que terminaron ganando, a Julio Cesar Falcioni, uno de los mejores arqueros que ha pasado por Colombia en su historia, a Julio Cesar Uribe del Perú, al Diablo Echeverry de Bolivia, a Berti del River Plate, a todo el continente.
La historia de cómo el América se nutrió y fue grande por culpa de la coca del Cartel de Cali queda en la historia del futbol colombiano, cuando en sus filas tenían a los cracks latinoamericanos, quienes no tenian ni idea de donde salian sus salarios.