Colombia es tierra de deportistas, así lo demuestran sus talentosos futbolistas que tienen habilidades casi míticas con el balón. Mueven masas sin dificultad, el país entero se desvive por verlos, aclamarlos y tocarlos. Basta un solo partido para que en cuestión de segundos se nos olvide la violencia y problemas que azotan a diario el país, quedando hipnotizados. No todo es color de rosa, estos jugadores son unos cracks pero su historial esta manchado por actitudes polémicas dentro y fuera de la cancha. Su obsesión por las rumbas, mujeres, lucir exóticas vestimentas, llenarse de lujos los convierten en los futbolistas más extravagantes de Colombia
Tino Asprilla: El ex futbolista es el jugador más mediático de Colombia. Es un hombre irreverente, desafiante, no oculta su extravagante faceta que consta de su amor a las mujeres, devoción por los caballos, las rumbas que se suman con los líos judiciales que han empañado su carrera. En el 2008, fue arrestado por haber ingresado a un predio utilizando un arma de fuego y al año siguiente un juzgado de Medellín lo condenó por inasistencia alimentaria a su hijo.
Cuando la proxeneta más poderosa de Cartagena, La Madame, acusada por los delitos de trata de personas, explotación sexual de menores de edad y concierto para delinquir fue puesta en prisión, el Tino rogó por que la soltaran pues se sentía huérfano. Sus polémicas palabras desataron la furia de los colombianos: "yates vacíos, no hay rumba. Piensen y verán, piensen un poquito. Las desempleadas de la Madame, 400 niñas desempleadas. Eso es mucha gallada”.
El Palomo Usuriaga: El delantero de la Selección y uno de los colombianos más queridos y aclamados en Argentina cuando jugó en el Independiente no se salva de ser incluido en la lista. Medía 1,92, era flaco y sus rastas lo hacían resaltar a donde quiera que fuese. Sin mencionar los collares, pulseras, aretes, anillos y reloj de oro que usaba fuera de la cancha. Cuando la prensa argentina le preguntaba el por qué de sus numerosos accesorios se remitió a responder: "Porque nos luce. A nosotros, los de color, la verdad es que el oro nos queda bien”. El Palomo aprendió a manejar cuando compró su primer auto de lujo, le preguntó al vendedor cuál era la primera para arrancar y se fue manejando, así sin más. A dos cuadras chocó el lujosos automóvil, al siguiente día tenía otro.
Al igual que el Tino era amante de las mujeres, la fiestas y el ron. En su barrio, el 12 de octubre en su natal Cali, solía regalarle ropa de marca a los vecinos, pagabas los estudios de los jóvenes. En 1997, se conoció que consumía cocaína, una prueba anti doping así lo reveló. Tiempo después fue condenado a prisión por pegarle a un policía. El caleño fue asesinado en Cali a manos de dos sicarios que le propinaron 13 tiros a quemarropa mientras departía en un bar en su barrio. Al parecer fue consecuencias de un lío de faldas.
Teófilo Gutiérrez: Ni siquiera Teo escapa al salvajismo. El actual delantero del Junior siempre ha tenido problemas de violencia afuera de la cancha en donde incluso amenazó a un compañero en Racing con una pistola, en una ocasión escupió a un árbitro en Argentina, amenazó a hinchas rivales del América con agarrarlos a palos y a tiros. Incluso dijo que los utilizaría como comida para sus perros o hipopótamo, su extravagante mascota.
Esto no es todo. Teo, amante empedernido de los tatuajes, comparte con los cracks mencionados en este top 5, un gusto desenfrenado por las fiestas, mujeres y especialmente por los automóviles deportivos. En Buenos Aires se pavoneaba con su Peugeot Rcz que mandó a pintar con camuflado militar, le costó 60 mil dólares. En la navidad de 2019, se regaló un Chevrolet Camaro ZL1 avaluado en más de 200 millones de pesos colombianos, en el capó le pintó el número 29 con el se ha identificado en cada uno de los equipos por lo que pasó.
Sebastián Villa: Se convirtió el ídolo de Boca Juniors pero mantenía una doble vida, de día era un crack en la cancha y de noche se dedicaba a armar interminables rumbas. Sin embargo, Villa ha protagonizado numerosos escándalos y de este top 5 de futbolista fue el que peor salió librado. En Colombia y Argentina pasaron de idolatrarlo a odiarlo en cuestión de segundos; le propinaba tremendas golpizas a sus novias, Daniela Cortes y Alexandra Marín, quienes valientemente denunciaron el maltrato que padecieron en manos jugador.
Juanfer Quintero: En el terreno de juego no se le reprocha su talento pero su vida personal ha dado de que hablar. En las charla tácticas, Quintero prefiere escuchar música desde su iPhone que las palabras de su entrenador. Sus amistades son cuestionables sobre lo que aportan a su futuro. En redes se le ve muy orondo con reggetoneros como Landa Freak y Element Black con quienes ha grabado canciones. Si bien a James le gusta Kevin Roldán y Neymar ha cantado junto a Gustavo Lima y Michel Teló, ellos se pueden dar ese lujo porque son estrellas consagradas del fútbol mundial. Quintero se preocupa por el tunelcito y la gambeta, el sombrerito y la rabona, pura demagogia de crack.
Su tanque pequeño le da apenas para 30 minutos y, su displicencia y sobradez, lo condenarán a ser, como John Edison Castaño, Johnnier, Arley Betancur o John Mario Ramirez, una promesa incumplida, una estrella que se apagó antes de encenderse.
