Las empresas privadas empezaron a entrar en la línea de instalar paneles solares para abaratar costos de la energía y para garantizar estabilidad en el suministro en regiones complicadas como la Costa Atlántica y algunas zonas rurales del país donde tienen sus plantas de producción. La inversión en paneles es costosa, pero les compensa a largo plazo y además se alinean con la transición energética del gobierno Petro.
Tal ha sido el caso de Aris Mining, la gran minera canadiense que mandó a construir una enorme granja solar en Segovia, donde tienen su centro de operación y de la multinacional mexicana Cemex, a quienes les pusieron una estructura similar en Ibagué. En ambos casos, detrás de la instalación estuvo Green Yellow, una compañía francesa que, aunque no suena tanto, se ha convertido en una gigante de la energía en Colombia.
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Fue en 2007 cuando el ingeniero electromagnético marroquí, Otmane Hajji, decidió a sus escasos 26 años emprender con una empresa con la que podría apostarle a la transición energética, un tema que por ese entonces no estaba tan incrustado dentro de las agendas globales como ahora. Desde su sede en Francia, rápidamente logró convertir su idea en todo un éxito y no tardó mucho en expandirse a nuevos horizontes, siendo Colombia uno de los primeros países a los que llegó a ofrecer sus servicios.
Esto no fue ni mucho menos casualidad, puesto que desde antes ya contaba con conocimiento sobre el mercado colombiano gracias a haber trabajado un año en el Grupo Casino, holding que ya llevaba algunos años con participación en el Éxito, la cadena de almacenes paisa que desde este año pasó a ser de dueños salvadoreños.
Justamente, el Éxito resultó siendo uno de sus principales aliados tras su aterrizaje. Juntos han trabajado transformado la generación de energía de 230 almacenes, así como la de su centro de distribución en Tenjo. De igual manera, también han sido aliados estratégicos para Ditar, la empresa barranquillera que está haciendo su agosto fabricando bolsas de papel y con la gran exportadora de aguacate Cartama, a la que le cambiaron el sistema de refrigeración.
La nueva era de los centros comerciales
Hace dos meses, Empresas Públicas de Medellín (EPM) anunció con bombos y platillos la instalación de un gran sistema de más de 1.000 metros cuadrados que le permitirá al Unicentro de Medellín funcionar con energía solar, algo que iba en línea con la iniciativa del holding paisa de apostarle a transformar energéticamente los centros comerciales. Ya habían hecho lo mismo en el Unicentro de Armenia y en el de Cúcuta.
Sin embargo, ellos no son los únicos que le están poniendo este tipo de proyectos a los centros comerciales del país, ya que esa es otra de las grandes apuestas de Green Yellow que ya ha trabajado directamente con 8 distintos en varias regiones, siendo el Paseo Villa del Río al sur de Bogotá el más reciente de ellos. Allí, los franceses instalaron 658 paneles que son capaces de generar el 24% de la energía que utiliza el establecimiento.
Otros que han contratado los servicios de la empresa de Hajji son el Suchiimma con 242 paneles; Diverplaza de Bogotá con cerca de 700 paneles y cuatro diferentes que hace parte de Viva, una de las líneas de negocio del Grupo Éxito. Estos son el de Tunja, el de Envigado, el de La Guajira y el de Barranquilla, siendo este el más grande para un centro comercial en Colombia con 3.000 paneles en un área de más de 6.000 metros cuadrados.
De igual manera, al Panorama no le pusieron paneles solares, pero sí le renovaron por completo el sistema de climatización de sus áreas comunes ahorrando el 40% de la energía que consumen.
Sus servicios van más allá de la energía solar
Además de los proyectos fotovoltaicos, que es por lo que más los buscan en Colombia gracias al auge que está teniendo este tipo de energía en los últimos años, Green Yellow también ofrece otro tipo de soluciones para las empresas, las cuales se centran en buscar que sean más eficientes energéticamente, lo cual puede lograrse con sistemas de refrigeración como el que le brindó a la Clínica Farallones de Cali que buscaba reducir los costos de sus facturas. Al final, este importante centro de salud pudo ahorrar en un 37% su consumo de energía y dejó de emitir 400 toneladas de CO2 anuales.
Otros proyectos similares que siguieron un camino similar fueron el de la productora de aguacate Mountain Avocado y el operador logístico peruano y con una sede en Antioquia, Ransa, a los que les instaló sistemas de refrigeración capaces de conservar alimentos en buen estado, con lo que se minimizó también su impacto ambiental.
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