Dicen que no ven Friends porque se la pasaban viendo Seinfeld, como si una cosa no pudiera combinarse con la otra. Ambas, con Friends, representan lo mejor del humor judío de Nueva York, pero Larry David podría ser más difícil de calar para nuestro paladar noventero. Así que abrazamos a Mónica, Rachel y todo el combo de muchachos con adoración. En esa época si tenías algún tipo de pretensión intelectual no podrías decir que te gustaba Friends. Te crucificaban. En esa época reconocer que veías televisión, series de televisión, y no cine, era reconocer que eras un frívolo. Esto cambió con la llegada en 1999 de Los Soprano y todo el ataque de HBO pero Friends fue tan revolucionario en su momento como Cheers.
Hace poco la volví a ver aprovechando que después del reencuentro de los chicos HBO la subió entera y, a pesar de algunos chistes sobre gordas y de algunas salidas en falso machistas, y el hecho de que no haya ni un solo negro, la serie ha envejecido bien, los chistes son una delicia y por eso consigue algo que la puede estar enfilando como una de las mejores de todos los tiempos: los adolescentes se conectan fácil con ella a pesar de que su primer episodio fue de 1994. Es una serie donde las mujeres mandan y, como sucede con las grandes producciones de la televisión, cada temporada representa una mejora creativa.
Sin embargo tiene sus detractores, ¿Saben quienes la odian? Los que no la han visto, los farsantes capaces de juzgar algo sin conocerla. Porque los que la ven quedamos atrapados. Sí, todo lo bueno que han escuchado de ella es cierto. Tienen que darse el gusto de abrazarlos, de adorarlos. Nunca tuvimos tan buenos como ellos, de eso no existe, pero gocen cada cameo. Es que allí aparecen George Clooney, Tom Selleck, Julia Roberts, Jean Claude Van Damme y hasta Brad Pitt cuando se enamoró de La novia de América. Es increíble la empatía, el amor que podemos sentir por Jennifer Aniston. Por todos. En realidad por todos. Porque es una obra absolutamente coral.
Así que si no tienen nada que hacer empiecen a verla. No pararán. Se los prometo que todos los problemas se irán para siempre.