El pasado 24 de julio el presidente Gustavo Petro firmó el más reciente decreto que sube el sueldo de los congresistas y los demás empleados públicos. Le tocaba, o sí o sí, está regido por la ley. Con este incremento senadores y representantes pasaron a ganarse más de $43 millones al mes.
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Antes de este decreto, el cual tuvo que firmarlo Petro por el aumento del costo de vida en 2022, que se tasó en 14,62 por ciento, los congresistas se ganaban casi $38 millones al mes, un alto salario que incomoda en un país tan desigual donde la mayoría de trabajadores, el 58% de ellos, ganan entre un salario mínimo y menos que este.
60 senadores, incluyendo los promotores del cambio, los del Pacto y los verdes, sumados a los de siempre son un descaro: aprobaron un mico que es la sentencia de muerte de la lejana siempre y esquiva posibilidad para que los congresistas se bajen su sueldo. ¡DESCARO!
— Julio Sánchez Cristo (@jsanchezcristo) August 24, 2023
Como el incremento firmado en julio tuvo que haber sido pagado desde enero, luego de haberse conocido el aumento en el precio del IPC, a los congresistas se les pagó también un retroactivo de 38 millones porque el aumento que les firmó el presidente Petro superó los cinco millones de pesos.
El aumento retroactivo les llegó con la prima de julio
Este ingreso mensual es tan alto, no por el salario que está tasada en $10 millones, sino por todos los beneficios y prebendas que lo rodean. Estos extras son la prima especial de servicios que es de un poco más de $14 millones y los gastos de representación que superan los $18 millones.
El primer rubro, que es el que quiere eliminar el proyecto de Ley que radicó el senador del partido Verde JP Hernández, y que está presente desde el gobierno de Juan Manuel Santos, antes se llamaba prima de localización, vivienda y salud y hacía referencia a una asignación que comenzó en 1992, con César Gaviria como presidente, y que cubría gastos de residencia por fuera de la ciudad de origen de cada congresista para trabajar en Bogotá. De este rubro también hacía parte un auxilio para salud, porque se consideraba un trabajo de alto riesgo.
Este bono, tal como estaba, fue eliminado por el Consejo de Estado y pasó a llamarse prima especial de servicios, para que fuera utilizada por los congresistas a su antojo.
El otro extra al sueldo de los senadores y representantes es de $18 millones que se llama gastos de representación, el cual los congresistas lo usan para cubrir aquello que se gasten en trabajos en sus regiones. Según el senador santandereano este rubro sí se usa, porque en las salidas de trabajo de campo se gasta bastante dinero, contando los viáticos y otros rubos.
Según la corte Constitucional, los gastos de representación son bonos representados en dinero que se les entrega a empleados de alto nivel jerárquico para el cumplimiento de sus funciones. En el sector público estos ingresos extra hacen parte del salario.
Si el proyecto de Ley puesto en la mesa en esta oportunidad por el senador JP Hernández llega a pasar y a convertirse en Ley, el ingreso de los congresistas, después de reducciones, llegaría a los $19 millones, noticia que no tiene muy contento a muchos de ellos.