Todo comenzó por un tweet del expresidente Carlos Mesa (2003 - 2005) en el que afirmó que el exjefe de Estado, Evo Morales (2006 - 2019) cometió un “monumental fraude” porque iba a perder contra él en una supuesta vuelta electoral.
Más adelante afirmó que sus palabras estaban probadas por el informe de la OEA, avalado por Estados Unidos y la Unión Europea.
“Luego huyó cobardemente”, prosiguió Mesa, “para promover desde su escondite, una guerra civil en Bolivia. Un día no tendrá protección y responderá ante la ley”, concluyó.
Al ser consultado sobre el pronunciamiento de Mesa, Morales subrayó que “le causa risa leer a Mesa”, refiriéndose a él como un escritor “golpista” al que le afectan sus 69 años
En otro momento el líder cocalero afirmó que “cuando habla de cobardes podemos ver qué decía él cuando era presidente”, en alusión a la respuesta de Carlos Mesa ante las protestas que se generaron en su contra, ante las que también tomó la decisión de renunciar.
Ya Morales había respondido en Twitter a su homólogo. En la réplica acusó a Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos de ser cómplice de lo que el llamó un golpe de Estado en su contra.
Entre otras cosas, Evo Morales acusó a Carlos Mesa de negarse a nacionalizar los hidrocarburos “por miedo a las transnacionales”.
Este domingo Carlos Mesa, historiador de carrera, publicó una lista en la que según su parecer habían dejado una huella importante en estos 40 años de democracia en la nación suramericana. En el registro calificó a Evo como un “gobernante autoritario, enamorado del poder”.
Como colofón del enfrentamiento se tomó el tweet de la expresidenta Jeanine Áñez, quien publicó el documento de Mesa con lo que, a su entender, fue la "mayor adversidad de su presidencia”.
“El mayor infortunio de mi presidencia constitucional fue la desunión de los políticos. Unión pedí y pido: Unidad como el pueblo boliviano que salió a las calles ante el fraude. Pacifiqué al país, llamé a elecciones y sigo dando mi vida por la democracia”, escribió.
Áñez, detenida desde el pasado año por la crisis de 2019, debe cumplir una condena de diez años de cárcel por “resoluciones contra la Constitución” e “incumplimiento de deberes”.
El origen de la crisis de 2019
En el escrutinio de los votos de octubre de 2019 todo parecía indicar que iba a haber una segunda vuelta entre Morales y Mesa. El Tribunal Supremo Electoral suspendió el conteo rápido con más del 80% de los votos escrutados.
Una jornada después de la suspensión, se reactivó el cálculo con más del 90% de avance y con Evo Morales liderando las elecciones para triunfar en una primera vuelta. La oposición calificó lo sucedido como “fraude”.
Morales, a pesar de mantenerse en su argumento de que había ganado las elecciones, permitió que la OEA realizara una auditoría al escrutinio. La misma determinó la improbabilidad de la victoria del Movimiento al Socialismo (MAS), entre otras irregularidades.
A pesar de llamar a nuevas elecciones, la investigación ya había tenido efecto. Con las fuerzas de seguridad en su contra y recomendándole que debía dejar el poder, Evo Morales renunció
