La mujer, Migdalia Johana Lugo llegó con su hijo muerto al CAMI de Patio Bonito en Kennedy. Los médicos advirtieron las quemaduras, los moretones, el comportamiento errático de la mujer. Nada coincidía. La policía fue a la casa y encontró las evidencias de un homicidio. La señora decía que un vecino al que le había dejado al cuidado del menor lo maltrató hasta matarlo El niño vivía con su mamá, una venezolana que vivía en Venezuela y tuvo que venirse a Colombia debido a la crisis de ese país. En el regreso conoció a un hombre de San Cristobal, estado Táchira y se enamoraron. Ese hombre fue quien mató al pequeño. El hombre se llama Jefferson Daniel Tovar de 22 años
Los testimonios de vecinos y hasta de Pagadirarios, dados al diario El Tiempo, decían que el maltrato que recibía el niño por parte del hombre era algo cotidiano: "Decían las personas que ese hombre tenía un tubo largo, de aproximadamente 60 centímetros, lo calentaba y le producía quemaduras en todo el cuerpo, con el fin de obligar al niño a hacer actividades que no podía hacer como que lavara loza o tendiera la cama”. Esta fue la declaración que el capitán Ferney Enrique Espinosa, integrante de la unidad de homicidios en la DIJIN le dio a El Tiempo.
El pequeño vivía en un espacio de 50 metros cuadrados, una habitación que tenía una cocineta, un baño y una cama. En la cama dormían los tres. La situación de encierro agravó aún más la situación.